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Cierre de año: 2010

En la década de los años 70, el caricaturista argentino Quino reflejaba en varias de las historietas de Mafalda la agenda noticiosa que predominaba entonces: el conflicto en Medio Oriente, la situación en China o la influencia de Estados Unidos en la economía mundial, por nombrar sólo algunos de los temas.

Estos mismos titulares podrían encabezar la agenda de los medios de información cuatro décadas después, sumando los desastres naturales que ocurren anualmente.

2010 no ha sido la excepción.

Entre tantas noticias hay cinco que, sin embargo, no han sido común otros años:

WIKILEAKS, EN EL PUNTO DE MIRA

La chispa que detonó la bomba que hoy conocemos como WikiLeaks fue la aparición del video sobre un incidente ocurrido en Irak en marzo de 2010, en el que se ven soldados estadounidenses disparando contra un grupo de personas civiles.

Fue en ese momento que la organización (que había nacido tres años antes) logró un gran impacto internacional.

Desde entonces ha ido filtrando documentos que comprometen a la mayoría de países del mundo, si bien su mayor archivo de informaciones proviene de EE.UU.

Con la creciente popularidad e impopularidad de WikiLeaks, también surgió la figura de Julian Assange: cofundador, vocero y editor en jefe del sitio en internet.

Nómada por naturaleza, Assange se ha convertido en bandera de la lucha por la libertad de expresión.

Pero EE.UU. lo considera una «amenaza a la seguridad nacional».

«WikiLeaks es un servicio público internacional (…) nos especializamos en permitir a periodistas o informantes que han sido censurados presentar sus materiales al público», se explicó así Assange ante la prensa.


El periodista y ex hacker australiano fue detenido en el Reino Unido por pedido de la justicia sueca, que investiga dos acusaciones de delito sexual, pero que él niega.

LOS 33 MINEROS DEL MUNDO

¿Quién no conoce al «animador» Mario Sepúlveda? ¿O al futbolista Franklin Lobos? ¿Al maratonista Edison Peña? ¿O el dilema de amor de Yonni Berrios?

La historia de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados a 700 metros bajo tierra durante 70 días combinó en una fórmula mediática los elementos que cautivaron la opinión pública: drama, angustia, esperanza, patriotismo, compañerismo y pasión.

Todo comenzó una mañana del 5 de agosto, cuando en una vieja mina de oro y cobre hubo una explosión que bloqueó todas las vías de salida.

Ocurrió en la mina San José, a 50 kilómetros de Copiapó, en el norte de Chile.

Durante 17 días no se supo nada de quienes estaban trabajando en el yacimiento cuando ocurrió la explosión. Fueron momentos de angustia para los familiares y de pesimismo para el resto de sus compañeros.

Pero hubo un giro del destino.

Un pequeño papel apareció atado a una de las sondas con las que el equipo de rescate perforaba la tierra en busca de alguna señal de vida. «Estamos bien, en el refugio, los 33″, con ese escueto mensaje los mineros se comunicaron con el exterior.

A partir de ahí se dio marcha a una de las operaciones de rescate más complejas y de mayor impacto que se recuerdan.

Después de perforar durante mes y medio un agujero por el cual serían trasladados los mineros a la superficie, se inició el operativo el martes 12 de octubre.

La Operación San Lorenzo, como se denominó, fue un nuevo hito en la historia de las comunicaciones al ser seguida por mil millones de personas por televisión.

De igual forma el tráfico en internet podría convertir a este hecho en el quinto que más visitas generó en los últimos años, siendo superado sólo por los partidos del mundial de fútbol, Wimbledon y la toma de posesión de Barack Obama como presidente de Estados Unidos.

Uno a uno fueron apareciendo dentro de la cápsula «Fénix 2» y en poco más de 24 horas salió a la superficie el último de los 33.

«Misión cumplida» fue el mensaje final.

EL PULPO PAUL

La Copa del Mundo en Sudáfrica marcó muchos hitos en la historia del fútbol.

Pero más allá de que se disputara por primera vez en ochenta años en territorio africano o que España conquistara su primera Copa, el Mundial 2010 será recordado también como el torneo del pulpo Paul.

La vida y muerte de este cefalópodo conmovió al mundo y su protagonismo fue tal que su predicción sobre el ganador de la final en Sudáfrica fue seguido por millones de personas en una cobertura en vivo que transmitieron las principales cadenas de televisión.

Ni los minutos previos al partido entre España y Holanda generó tanta expectativa, porque un día antes el pulpo Paul ya se había decantado por la victoria del equipo de Casillas, Iniesta y Xavi.

Gracias a sus presuntos poderes sobrenaturales, el pulpo Paul logró «predecir» los resultados de siete partidos.

Pero Paul no pudo disfrutar su fama por mucho tiempo, pues falleció en octubre.

EYJAFJALLAJOEKULL

Este volcán, de nombre impronunciable para la mayoría, fue el culpable de que más de un millón de pasajeros se vieran afectados a diario y las aerolíneas perdieran US$1.700 millones cuando el cielo en Europa estuvo cerrado al tráfico aéreo durante varios días por causa de una nube de cenizas.

La segunda erupción en menos de un mes del volcán Eyjafjallajoekull, en Islandia -ubicado a unos 120 kilómetros al este de la capital Reikiavik-, causó un caos que repercutió en todo el mundo.

El problema fue que la nube de cenizas que desprendió y cubrió casi la totalidad del espacio aéreo en Europa suponía un riesgo para los motores de los aviones, por lo que se optó por la solución más segura de cancelar los vuelos programados y cerrar los aeropuertos de manera total o parcial en varios países.

El efecto dominó afectó a comercios, industrias y economías en todo el mundo.

Si bien no se repitieron los efectos trágicos de hace 227 años, cuando una erupción causó la muerte de decenas de miles de personas, las cenizas fue otra alerta a la población de la fragilidad del ser humano frente a los caprichos de la naturaleza.

IPAD: EL CAPRICHO HECHO TABLETA

Es increíble como la tecnología viene a llenar espacios en nuestras vidas que no sabíamos que existian, o que estábamos seguros que ya teníamos satisfechas.

Fue así como pareció en enero de 2010 el iPad, una ordenador portátil en formato tableta de pantalla táctil.

«¿Hay lugar para una tercera categoría de aparato a medio camino entre una computadora portátil y un teléfono inteligente?», se preguntó Steve Jobs, director ejecutivo de Apple, en el acto de presentación.

Al parecer, lo había.

En un principio, el nuevo artilugio de Apple dividió las aguas entre quienes lo consideraron una maravilla y los que no, pero solamente por el hecho de estar disponible causó furor entre los consumidores y provocó la reacción inmediata de sus rivales para ofrecer productos similares en el mercado.

Es tanta su penetración que los diseñadores del proyecto One Laptop Per Child (una computadora por niño) impulsan ahora la idea de dotar a menores de edad de una tableta electrónica por cada niño para que se utilice con fines educativos.

No es de extrañar entonces que, según empresas de análisis de tecnologías de la información, estamos siendo testigos del principio del fin del PC.

Según ciertas rumorologías, es posible que en 2011 los teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas se vendan más que las computadoras tradicionales.

«La crisis sirve para que se vuelva a hablar de valores, salud, amistad, deporte, honestidad. La vuelta de lo relevante, ya que es lo unico que queda» (Bloguero Alberto Knapp)

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Assange ‘free’

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, podrá salir de la cárcel bajo fianza de manera definitiva.

Así lo ha decidido este mediodía el juez que revisaba el recurso de la fiscalía británica, después de que se anunciara el martes su puesta en libertad.

En un principio, Suecia quiso torpedear tal decisión con un nuevo recurso, bajo el argumento de que existía riesgo de fuga.

Una apelación que hoy ha sido rechazada.

De todos modos, tal decisión -positiva para el acusado- no le saldrá barata al que ha causado la ira del gobierno estadounidense tras haber divulgado cables diplomáticos secretos.

Los abogados de Assange han tenido que recolectar las 240.000 libras (unos 285.000 euros) que el tribunal de justicia puso como condición para liberarlo de la prisión londinense de Wandsworth, donde lleva preso desde la semana pasada.

Pero la libertad condicional de Assange será limitada.

Una de las condiciones es que se presente todos los días a las seis de la tarde en una comisaría de Suffolk. Además, tendrá que portar un brazalete que indicará a la policía dónde se encuentra en cada momento.

Y por si fuera poco, se le ha retirado el pasaporte.

Eso sí, las autoridades suecas tendrán que pagar los costes de las vistas orales contra Assange.

El martes -poco antes de que se supiera la noticia- el cineasta Ken Loach apoyaba públicamente a Assange:

“Le han otorgado la libertad bajo fianza, que es la decisión correcta. Si el gobierno sueco apela, eso pondrá de manifiesto que hay una motivación política detrás de todo esto. Si desafían lo que es judicialmente adecuado, demostrarán que hay una agenda política oculta

Entre tanto, el diario The New York Times afirma en su edición de este jueves que fiscales federales de Estados Unidos están trabajando en la elaboración de una causa criminal contra Assange.

Según el periódico, los funcionarios buscan evidencias de que el fundador de Wikileaks incitó y ayudó al ex analista de inteligencia del ejército Bradley Manning -quien se encuentra en prisión desde julio por divulgar informaciones confidenciales- a filtrar los documentos clasificados del gobierno estadounidense.

En caso de establecer este vínculo, los fiscales creen que Assange debería ser acusado como «conspirador en la filtración» y no ser considerado sólo como un «receptor pasivo» de los documentos que luego publicó.

Lo sucedido con Wikileaks podría contemplarse como una trama de ficción, propia de una novela de Stieg Larsson: una organización independiente comienza a publicar incómodos secretos de Estado que dejan al desnudo el modo de hacer del último imperio que conocemos.

Acto seguido, el máximo responsable de estas informaciones es encarcelado por dos supuestos delitos sexuales.

La violencia difusa -latente- se materializa y encarcela, como en las peores dictaduras, al mensajero de las malas noticias. Los ciudadanos salimos a manifestarnos por la libertad de información.

El sospechoso ocupa la portada de la revista TIME.

Las teorías de la conspiración son inevitablemente atractivas: ¿y si Assange no fuera más que un señuelo, dormido y controlado por las élites económicas, militares y políticas, con el objeto de restringir aún más las libertades?

Todo habría sido una descarada pantomima que ocultaría cosas peores.

Investigar sobre ello acabaría por producir una especie de derrumbe de fichas de dominó que nos llevaría, de paso, a conocer las verdaderas motivaciones detrás de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Lo que se decide estos días es algo más que el crédito de Assange, y el de Wikileaks.

De lo que se habla es del mecanismo por el que estas publicaciones han desencadenado en la sociedad.

Hay una influyente masa crítica esperando una nueva chispa para comenzar a consumir productos diferentes, la única vía hoy existente para cambiar el estado de las cosas.

Ernesto ‘Che’ Guevara quería “cien Vietnams” en la Tierra para acabar con el capitalismo.

Esta vez, la Web perseguida ya ha sido clonada más de mil veces.

Esta vez, el día de la liberación llegó:



Habrá que seguir atentos a los nuevos acontecimientos. Esto no acaba más que empezar.

Anterior capítulo, en Assange: el honor de la duda

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Assange: el honor de la duda

Los abogados del fundador de Wikileaks, Julian Assange, insisten en que las acusaciones de violación por la que está detenido no se sostienen jurídicamente.

Más aún. Afirman que detrás hay un complot político.

La controversia sigue rodeando a la acusación contra Assange.

Una de las denunciantes es Anna Ardin, periodista y militante feminista. Aunque también hay quien la vincula con la CIA.

Durante meses ha guardado silencio.

Sin embargo, ayer a la tarde lo rompía por medio de su cuenta de Twitter (@annaardin).

Molesta por los rumores en torno a su persona, Ardin formulaba una pregunta retórica:

«¿Agente de la CIA, ávida feminista, amante de los musulmanes, fundamentalista cristiana o perdidamente enamorada de un hombre? ¿Puede una serlo todo al mismo tiempo?».

La frase se hizo eco inmediatamente de los bulos que circulan estos días por Internet.

En su blog, -además de describirse como politóloga, comunicadora, empresaria y escritora con un interés especial en asuntos de igualdad, feminismo, fe y política y América Latina-, la acusadora escribe siete pasos para vengarse de un hombre legalmente.

Algunos la retratan como una marioneta de los servicios secretos estadounidenses esgrimiendo como prueba su estancia en Cuba y su tesis sobre la oposición al régimen castrista. Otros la dibujan como una mujer que actúa por despecho al enterarse del doble juego del fundador de Wikileaks.

Por ahora, lo único que se sabe a ciencia cierta es que Ardin era, en verano, la responsable de prensa del Movimiento de Hermandad ‘Brotherhood’: la organización de centro izquierda que organizó el seminario en el que conoció a Julian Assange.

En el vídeo (a la derecha) se la ve en la conferencia que impartió Assange el 14 de agosto.

Durante el seminario, ella le ofreció su casa para alojarse, donde le preparó una fiesta al editor jefe de Wikileaks.

En Twitter dijo que… era muy simpático; Según su acusación después… la violó.

Él reconoce que mantuvieron relaciones sexuales, pero dice que fueron consentidas.

Dos días después, la historia se repitiría con Assange. ¿Su nombre? Sofía Wilen, quien también le acusa de abusos.

Según la representante de la Fiscalía sueca, el fundador de Wikileaks la penetró sin condón mientras dormía.

Pero, casualidades de la vida, las dos -Anna y Sofía- son amigas…

Y, juntas, decidien poner la denuncia.

El que Assange no haya podido salir de la cárcel británica se debe a que el delito de violación no permite fianza. Aunque, en todo caso, sea supuesto.

Él insiste en que todo es un montaje contra Wikileaks por todo lo que ha sido destapado.

Sus abogados, por su parte, parecen estar confiados en que las autoridades suecas no podrán producir pruebas contundentes para provocar su extradición, pero lo que sí les preocupa es qué se estaría cocinando en su contra durante el período que permanezca en prisión.

Estados Unidos considera que la filtración de los cables es un delito que atenta contra la seguridad del Estado.

Varios altos funcionarios estadounidenses han expresado públicamente su deseo de enjuiciarlo en ese país.

El próximo 14 de diciembre, en el tribunal de Londres, se escucharán los argumentos sobre la extradición (más fácil entre países europeos a partir de una ley de 2003).

Aunque no se espera que sea una completa audiencia; en cuyo caso el proceso se extendería 21 días más.

Los expertos consideran que -siendo un caso de tan alto perfil-, podría durar unos cuantos meses más, durante los cuales Assange puede seguir apelando su libertad condicional.

Yo considero que no se le puede hacer injusticia por el simple hecho de su trascendencia mediática.

En todo caso, Assange sigue muy confiado de su posición legal y no cree que en EE.UU. se le pueda imputar de algo a no ser que cambien la ley y la hagan retroactiva.

Que lo envíen directamente a Estados Unidos no es tan fácil.

Tampoco hay que olvidar que la Administración americana ha hecho declaraciones muy explícitas en contra de Assange permitiendo a la defensa lanzar el argumento de que no obtendría un juicio imparcial.

Interesante post (en inglés) en Why Wikileaks is Good For America

La difamación se convierte ahora en el último cartucho que han hecho estallar los poderosos para acabar con el mito de esta nueva versión informática del bosque de Sherwood.

Para muchos, la irrupción de este peculiar personaje deviene necesariamente en atentado terrorista, y su fulminante detención -o su asesinato- se dan por descontados.

Y todo, por despertar al ‘ciudadano sonámbulo‘ de los muelles que rige el establishment político.

Lo que causa estupor es que, por decir la verdad -o su verdad-, Assange haya sido preso.

Esto no es inusual en el mundo del periodismo.

Lo que resulta inaceptable es que nadie en el mundo de las instituciones, asociaciones y organismos representativos de la profesión periodística internacional haya alzado aún su voz en defensa de este hombre, gracias al cual la maltratada profesión de informador vuelve a recuperar parte de su dignidad perdida…

¿Se quedará solo ante el peligro?

Movilización por Assange en www.freewikileaks.eu

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Julian Assange, detenido

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, está bajo custodia en Londres.

Se ha entregado a la policía británica a las 9.30 horas de esta mañana (10.30 en España) tal y como estaba previsto, para declarar sobre la orden de arresto internacional emitida por la Justicia sueca bajo acusaciones de violación.

El principal objetivo de Assange y sus abogados es frenar su extradición a Estocolmo, ya que siguen sosteniendo que se trata de un montaje para evitar que Wikileaks siga publicando filtraciones.

Assange comparecerá esta tarde ante un tribunal en Westminster.

Las maniobras legales contra el editor australiano de la criticada página web se aceleraron el día después de que Wikileaks publicara la mayor filtración de la historia, con el envío de 250.000 cables diplomáticos a cinco medios de comunicación.

+ info en Wikileaks: …y más filtraciones

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Wikileaks:…y más filtraciones

En apenas dos años, Wikileaks ha hecho añicos la seguridad de la mayor potencia del mundo.

El poder, cuanto más se acumula, más engaño y despotismo ejerce.

Se ha descubierto lo que sabíamos o sospechábamos, que Estados Unidos oculta con obscena indiferencia las redes con que envuelve y doblega a una gran parte de países.

En EE.UU. unos tres millones de personas tienen acceso a esta información «secreta», que luego se gestiona con cuidadosa reserva. Todo queda rastreado y meticulosamente anotado y centralizado.

Este espionaje muestra que el imperio es lo que es: dominio, ley del más fuerte, negocios sucios, beneficios ilimitados, victorias a sangre y fuego, siega despiadada de lo que se opone a los propios intereses. Las proclamas de igualdad, justicia, democracia libertad son pantomima.

¡Vaya pedrada le ha dado en la frente el pequeño David -que es Wikileaks- al Gran Hermano que todo lo sabe y controla!

Se entiende que el Gobierno de Washington intente minimizar los daños.

También que le sigan otros gobiernos amigos, así como alguno de los medios que no han podido acceder al torrente documental aportado por la organización de Julian Assange.

En España -vía el diario EL PAÍS– se han destapado informaciones incómodas acerca del caso Couso, los vuelos de la CIA sobre territorio nacional (con la implicación de tres ministros socialistas), así como la intervención de la justicia para que no se investigara sobre Guantánamo (no permitiendo que el juez Garzón se ocupara de tal caso).

De esta manera, es fácil no fiarse de la Justicia española. Las revelaciones de Wikeleaks no hacen más que poner aún más de relieve esa realidad.

Da vergüenza comprobar cómo determinados miembros de la Administración de Justicia se pliegan gustosamente a las presiones de una embajada, además de a las del Gobierno.

Pero como siempre ha ocurrido en este país -el nuestro- pasará lo de siempre: nadie dimitirá, nadie dará una explicación satisfactoria, y dentro de poco todo se habrá olvidado.

Quien más sabe de estos asuntos en nuestro país, que es Javier Solana, ya ha indicado que esta filtración obligará a los diplomáticos a cambiar de métodos y hábitos de trabajo, algo que afecta también a numerosos ciudadanos, empresarios, periodistas, jueces o políticos, que deberán aprender una nueva cultura de la cautela en sus contactos con diplomáticos de todos los países.

Este es el cuarto cañonazo dirigido hacia EE UU, en un bombardeo que va aumentando en intensidad: el primero fue el vídeo Asesinatos colaterales, con voz e imágenes del ametrallamiento en Irak de un grupo de civiles desde un helicóptero militar estadounidense.

El segundo y el tercero fueron 90.000 y 400.000 documentos de las guerras de Afganistán e Irak respectivamente.

+ info en Las mentiras sobre Irak

Así, mientras se ventilan los 250.000 mensajes secretos entre la secretaría de Estado en Washington y las embajadas y consulados de Estados Unidos por el mundo en los últimos años, el partido Baaz iraquí -al que pertenecía Saddam Hussein-, considera que las filtraciones de Wikileaks de octubre acerca de la invasión de Irak aportan un material imprescindible para denunciar la ocupación militar de ese país que comenzó en 2003 y que ha causado un sinfín de víctimas.

Durante el ejercicio del poder, el Baaz cometió innumerables crímenes y reprimió al extremo a la oposición.

Sin embargo, los baazistas sostienen el “remedio” que han aplicado los Estados Unidos ha sido mucho peor que la enfermedad.

Pues bien, parece que se ha dado la vuelta a la tortilla con las filtraciones de Wikileaks, y el Departamento de Estado apenas puede contener su gran sensación de escándalo ahora que sus trapos sucios ya no se lavan en casa.

EL ‘CABLEGATE’

Las historias de repiten.

Sucede con casi todo escándalo, en casi todo el mundo, desde que se descubrió el caso de espionaje político en las oficinas del Partido Demócrata en el edificio Watergate de Washington, que llevó a la renuncia del presidente republicano Richard Nixon en 1974.

Es pues inevitable que a estas nuevas filtraciones, se les conozca ya como ‘Cablegate’: la mayor filtración de documentos clasificados.

Sin embargo, unos «gates» son más escandalosos que otros, y en este caso, la cantidad no es indicativo de la calidad de la información que contienen esos papeles, en parte porque nada parece ser todavía demasiado secreto y en parte porque otras cosas no parecen demasiado importantes.

Por eso muchos se preguntan cuán interesantes pueden ser las minutas de almuerzos y fiestas, o las opiniones personales de algunos indiscretos o arrogantes diplomáticos estadounidenses. Ahí está el debate.

La comparación entre Wikileaks y los Papeles del Pentágono (la historia secreta de la guerra en Vietnam que recopiló el Departamento de Defensa y que en 1971 la entregó a la prensa Daniel Ellsberg, un analista militar) es algo normal.

Aquellos papeles profundizaron la impopularidad de aquella guerra y debilitaron los argumentos oficiales, al punto que forzaron eventualmente a la Casa Blanca a pactar la paz, en medio de una gran presión de la opinión pública.

Con todo, la gran diferencia entre ambos casos está en el mayor acceso a la información que existe actualmente y en la formación de un espíritu más cínico entre la ciudadanía, producto en alguna medida de su mejor conocimiento de los negocios políticos.

JULIAN ASSANGE, ¿A PRISIÓN?

El fundador de Wikileaks cambia de coche como de camisa; no se sabe dónde reside, y sus apariciones públicas se han reducido a cero. Le gusta cambiar de residencia constantemente, y asegura no tener una casa.

No es para menos. Julian Assange teme por su vida.

La Interpol ha requerido una orden de búsqueda y captura para el hombre que está detrás todo este destape.

No es -dicen- una orden de arresto, sino que se pide a los ciudadanos que contacten a la policía si tienen algún tipo de información sobre el paradero de Assange.

Especialistas en la Ley de Espionaje dicen que para procesarlo habría que comprobar que el «editor en jefe» estuvo en contacto con representantes de un poder extranjero y que buscó proveerles secretos.

El fiscal general americano Eric Holder ha comentado recientemente: «En la medida en que podamos encontrar a cualquiera que haya violado la ley estadounidense y puesto en riesgo a activos y a personas, será considerado responsable«.

«Cuando el río suena, agua lleva»

El caudal de credibilidad y de prestigio internacionales que EE UU había recuperado gracias a Obama está escapando a ojos vista por la vía de agua abierta por Wikileaks.

+ info en e-periodistas (portadas periódicos)

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Las mentiras sobre Irak

«La primera víctima de una guerra es la verdad»

Con esta frase, el periodista australiano y fundador de Wikileaks (sitio de denuncias), Julian Assange defiende la filtración de 391.000 documentos secretos sobre la guerra de Irak, de 2003.

Archivos que demuestran la pasividad de EEUU ante casos de abusos, tortura, violación y asesinatos de civiles. Y que saldrían de la misma fuente que filtró en julio los 90.000 informes sobre Afganistán. Papeles que mostraban la cara sucia de la guerra en aquel país, y el video de la matanza de doce civiles en Bagdad son los dos mayores bombazos informativos de Assange hasta la fecha.

Todo esto ha puesto en jaque el Pentágono, que ha optado por callar.

El viernes se destaparon también el número de bajas civiles: se cifra en más de 100.000 los iraquíes fallecidos (de ellos 70.000 civiles); lo que significa que cada día, durante seis años, morían 33 iraquíes de a pie. Cifras aproximadas que provienen de iraqbodycount.org, la web británica que desde la invasión en 2003 da un parte diario sobre bajas.

El editor de Wikileaks demostró muy pronto por qué es el hombre más odiado por el Pentágono y la CIA. «La mayoría de las guerras comenzadas por democracias han incluido mentiras«.

Vídeo completo (ofrecido por el diario EL PAÍS)

Los documentos revelan que el Ejército estadounidense mintió cuando sostuvo en reiteradas ocasiones que no guardaba un registro de los civiles muertos en la guerra.

También demuestran que el derrocamiento de Sadam Hussein no trajo consigo el fin de la tortura.

Las fuerzas de seguridad iraquíes, entrenadas y equipadas por EEUU, protagonizaron numerosos casos de abusos, que los norteamericanos conocían sin hacer nada por impedirlos.

((Pinchar en el mapa para ver la correlación de bajas civiles))

Habría que hacer una precisión: los datos de Wikileaks provienen de informes del Ejército de EEUU. En su mayoría pueden ser imprecisos o subjetivos, aunque en conjunto sirvan para hacerse una idea de cómo se ha desarrollado la guerra, día a día, en estos últimos seis años.

Al parecer, el Ejército iraquí formaba parte de un sistema creado por la coalición ocupante basado en la ‘vista gorda’.

Según explica el diario The Guardian, cada escenario de este tipo era recogido por los aliados bajo el título «ninguna investigación es necesaria».

La lectura que han hecho los medios que han tenido acceso a los archivos por adelantado (Le MondeThe GuardianDer SpiegelIraq War Logs y The New York Times) ayude. Este último explica cómo los militares estadounidenses estaban al corriente de los abusos que estaban cometiendo las fuerzas iraquíes.

El periódico enumera latigazos, quemaduras, violaciones y hasta amputaciones. También amenazas por parte de los marines estadounidenses a los detenidos con trasladarlos a las prisiones gestionadas por Bagdad.

Existe una gran cantidad de informes médicos sobre presos que fueron encapuchados, colgados por muñecas o tobillos y sometidos a electro shocks o palizas.

Pero parece demasiado fácil hacer que recaigan todas las barbaridades cometidas en Irak sobre el Ejército o las fuerzas de seguridad iraquíes. El recuerdo de Abu Ghraib (en la fotografía) sigue presente.

Para empezar, porque las fuerzas de la coalición conformaron, dieron el visto bueno y adiestraron a ese nuevo Ejército.

Para continuar, por datos como los siguientes: EEUU estuvo involucrado en la muerte de más de 600 civiles en los ‘check points’.

Y eso, tal y como indica el periódico estadounidense, fue una de las principales causas que provocaron un aumento de la violencia sectaria a partir del tercer año de la guerra. (Ver tabla)

Y por último, porque ese laissez-faire («dejad hacer, dejad pasar») ha sido un objeto recurrente por EEUU y le ha costado muchos disgustos tanto a Washington como a Londres.

Reino Unido ha sido acusado en numerosas ocasiones de permitir que la Inteligencia paquistaní, por poner un ejemplo, torturara a sospechosos de terrorismo detenidos en Afganistán. Detenidos que luego iban a parar a Guantánamo donde eran torturados por militares estadounidenses. Una externalización de la tortura de la que EEUU se ha aprovechado en los años de la guerra contra el terror.

Los informes de los militares estadounidenses revelan que más de la mitad de los civiles muertos en los últimos años (unos 30.000), cayeron por ataques de la insurgencia.

El arma más letal de los militantes chiíes son los denominados ‘Dispositivos Explosivos Improvisados‘ (IED por sus siglas en inglés).

De fabricación casera, los IED son bombas que la insurgencia suele colocar en carreteras y caminos.

Para tener una visión de conjunto de su efectividad, sólo hay que ver las cifras de Wikileaks sobre Afganistán: esos artefactos se cobraron la vida de más de 2.000 personas en los últimos dos años.

LA INFLUENCIA IRANÍ

Otro de los puntos relevantes de la filtración de Wikileaks es la participación de Irán en el conflicto.

En diciembre de 2006, la insurgencia capturaró a varios miembros del Ministerio de Educación Superior iraquí. EEUU, gracias a un informe de la Inteligencia, previó una posible ofensiva para llevar a cabo secuestros de militares amerianos.

Según The New York Times, esos milicianos iraquíes fueron entrenados por los Guardianes de la Revolución iraníes, el brazo armado del régimen de Teherán.

Los informes no se limitaban a hipotéticos secuestros, sino que aportaban evidencias del armamento suministrado por Irán a la resistencia iraquí.

JULIAN ASSENGE

Guste o no, Julian Assange es el guardián de los grandes secretos, el nuevo adalid del periodismo combativo.

Wikileaks, el portal que dirige, se ha convertido en el espacio de las grandes filtraciones, en el lugar donde se derriban las verdades oficiales.

«El secreto es esencial para un imperio», dijo Daniel Ellsberg en su día.

El autor de la filtración de los papeles del Pentágono en 1971 se presentó en Londres el viernes para apoyar la publicación por Wikileaks de los cerca de 400.000 documentos secretos relacionados con la guerra de Irak.

Tanto ahora como en la época de la guerra de Vietnam, el Estado tiene razones para ocultar lo que ocurre en un conflicto armado.

Assange sigue argumentando que la iniciativa trata sólo de «esclarecer la verdad» de lo ocurrido durante el conflicto: «los ataques contra la verdad comienzan antes de una guerra, continúan durante el conflicto armado y persisten, como ha ocurrido en el caso de Irak, hasta mucho después».

Lo cierto es que los 15.000 civiles muertos de los que no se había tenido hasta ahora noticia equivalen a cinco veces las víctimas del ataque terrorista del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York.

Por primera vez se conocen además los nombres de muchas de esas víctimas y «cada uno de ellos cuenta una historia de sufrimiento humano y de muerte», afirma un representante de la ONG Iraq Body Count; y según el cual «no podrá cerrarse el capítulo de ninguna guerra hasta que se reconozca hasta la última víctima».

«Pedimos por ello a todos y también al Gobierno estadounidense que apoyen nuestro trabajo», agrega tras señalar que un 80% de los muertos en Irak desde 2003 eran civiles.

Por su parte, el investigador principal de la ONU sobre la tortura -Manfred Nowak- afirma que el Gobierno de Obama tiene la obligación «legal y moral» de llevar a cabo una investigación sobre esta complicidad con torturas, ejecuciones extrajudiciales y crímenes de guerra: «Los responsables deben ser llevados ante la Justicia y las víctimas, recibir la compensación apropiada».

Amnistía Internacional mantiene una posición similar. Y recuerda que EEUU no puede evadir su responsabilidad sobre lo que ocurría en las prisiones de Irak: «Estos documentos prueban que las autoridades de EEUU eran conscientes de estos abusos sistemáticos durante años, y sin embargo entregaron a las fuerzas de seguridad iraquíes el control de miles de iraquíes que tenían detenidos», ha afirmado Malcolm Smart.

Los documentos filtrados abarcan de enero de 2004 a diciembre de 2009.

No incluyen, por tanto, la invasión propiamente dicha, aunque sí los primeros meses de mandato de Barack Obama. Difícilmente podrá, sin embargo, responsabilizarse al actual inquilino de la Casa Blanca, que en agosto pasado acuarteló las últimas unidades de combate de EE UU.

A Zapatero le reafirmará en su decisión, tan criticada entonces, de retirar las tropas españolas de Irak, nada más ganar las elecciones de 2004.

Y al primer ministro irakí Al Maliki le deja en una situación aún más delicada, al frente de un país incapaz de formar Gobierno tras las elecciones de marzo pasado. Aunque quizá el más preocupado sea el Pentágono, que ha encontrado en una simple página web -que ya difundió en julio pasado 75.000 archivos secretos sobre Afganistán- a un enemigo hasta ahora imbatible: una nueva forma de guerra asimétrica que ningún manual de estrategía había previsto.

Esperemos que no se vuelva a repetir lo que sigue siendo una verdadera orgía de sangre.

Aunque, es curioso. Desde que la agricultura se creó hace siglos (en el Neolítico), el hombre sólo ha sabido hacer una cosa: matar con tal de tener más tierras, y con ello más poder.

Parece pues que estamos abocados a vivir en continuos conflictos para perpetuarnos.

¿Hay salida a tanta injusticia? Es que, ¿no podemos vivir en paz?

Por Iñigo Ortiz de Guzmán