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La no vuelta atrás- ETA

ETA ha sido derrotada.

Los terroristas se rinden, a su manera, porque están policialmente acorralados. Porque la última negociación y la voladura de la T-4 les dejó sin argumentos incluso entre los suyos. Porque ni siquiera ese porcentaje de la sociedad vasca que les apoya toleraría un muerto más.

ETA se va sin conseguir ni una sola de sus reivindicaciones históricas y hasta sus propios presos son conscientes de su fracaso: “El Estado ha derrotado a ETA policialmente, la ha aplastado, así de claro”, decía uno de ellos según una conversación interceptada por la Policía.

ETA está en su funeral.

Y la conferencia de paz de San Sebastián no es más que el intento de su brazo político por vestir el cadáver. Ha perdido por goleada, salvo en dos caricaturas.

Una la pinta la izquierda abertzale, convirtiendo esa derrota en la respuesta generosa de la banda ante sus peticiones de paz. La otra –que será igual de rentable el 20-N para las nuevas siglas de Batasuna– la está dibujando un sector de la derecha española y su enorme coro mediático. Y todo con el silencio cómplice de Rajoy.

“Si ETA no mata es porque está ganando”, dice tan ancho Jaime Mayor Oreja, con esa lógica cainita que define este país. Así es España.

Por fin terminamos con la última banda terrorista que aún quedaba en Europa.

Por fin logramos que ese mundo abandone para siempre la violencia y apueste por la política.

Y, en vez de celebrarlo, hay quien prefiere cambiar esa victoria por otra piedra con la que lapidar a quienes han hecho mucho por el fin de ETA; o sea, a la sociedad.

Ya está bien…

+ info en El principio del fin de ETA

© Iñigo Ortiz de Guzmán

10 años del 11S

UN ANTES

8:46:30

El vuelo 11 de American Airlines choca frontalmente contra la torre norte

50.000 personas trabajan en las Torres Gemelas

9:02.59

Un avión de United, con vuelo 175, se estrella contra la torre sur

Para entonces, todas las cadenas internacionales retransmiten en directo

Las torres cuentan con una altura de 417 y 415 metros de altura respectivamente; en total, 11o plantas

9:07:00

Avisan al presidente de que se trata de un ataque terrorista.

George W. Bush tarda 24 minutos en dar la cara.

400 bomberos mueren en el rescate

9:37:46

El impacto de un tercer avión, con vuelo 77 de American, en el Pentágono en Washington deja 125 fallecidos.

Se sabe que los terroristas intentaron utilizar 10 aviones

09:59:30

Se derrumba la torre S (tarda 11 segundos)

10:28:00

La torre N no aguanta, y cae también al suelo en tan sólo 9 segundos

La cantidad de escombros removida se eleva a más de un millón y medio de toneladas.

8 meses se tardó en desescombrar lo que corresponden a unos diez campos de fútbol.

2.973 víctimas in situ, 6.000 heridos

A día de hoy, 422.000 neoyorkinos sufren estrés postraumático.

Se estima que Estados Unidos ha gastado entre 3,2 y 4 billones de dólares en las guerras de Irak, Afganistán y Pakistán.

Incluyendo la pérdida de empleos, la disminución de ingresos por impuestos, los daños a la infraestructura y el costo de la limpieza, la ciudad de Nueva York perdió unos 95 mil millones de US$.

Aunque la mayoría de los musulmanes de EE.UU. dice que desde el 11-S es más dificil practicar su religión, el 48% y el 32% respectivamente piensa que los estadounidenses son «generalmente amistosos» o «neutrales» hacia ellos, mientras que el 16% piensa lo contrario.

¿ESTÁ EL MUNDO MÁS SEGURO?

Probablemente no.

De hecho -y todo a pesar del espectacular operativo de la CIA que acabó con la vida de Osama Bin Laden y de atentados frustrados o malogrados-, diez años después ni el terrorismo ni la «guerra» en su contra han terminado.

Es más, se han registrado más actos terroristas desde el 11 de septiembre de 2001 de los que se catalogaron en un período de unos 20 años anterior a esta fecha.

TEORÍAS CONSPIRATIVAS

El fenómeno de las teorías de la conspiración no es nuevo.

A los estadounidenses es algo que les gusta, desde Pearl Harbor al certificado de nacimiento de Obama, pasando por el asesinato de John F. Kennedy o la muerte de Marilyn Monroe.

Se autodenominan 9-11 truthers. Buscadores de la verdad que han ido preguntándose, entre otros asuntos:

¿Por qué la fuerza aérea de Estados Unidos, que es la más poderosa del mundo, no pudo interceptar los cuatro aviones que fueron secuestrados?

La teoría conspirativa: El entonces vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, ordenó a los militares no interceptar las aeronaves.

La versión oficial: Se trató de un inusual caso de piratería aérea y el transpondedor, que emite señales para determinar la ubicación exacta del avión, fue apagado o modificado.

Además, ese día se llevó a cabo un ejercicio rutinario de entrenamiento militar en el comando de defensa aérea de Estados Unidos.

¿Por qué colapsaron tan rápidamente las Torres Gemelas, cuando los incendios sólo se presentaron en algunos pisos y duraron una o dos horas?

La teoría conspirativa: Los aviones no ocasionaron la caída de las Torres Gemelas. Fue una demolición controlada. Para probar este argumento, algunas teorías resaltan el rápido colapso de los edificios (unos diez segundos), los incendios de corta duración (el de la segunda torre duró 56 minutos y el de la primera, 102) y sonidos de explosiones que se registraron antes del colapso.

La versión oficial: Una extensa investigación del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, en Estados Unidos, concluyó que las aeronaves dañaron las columnas de soporte de los edificios y causaron que se desprendieran los aislamientos encargados de evitar la propagación del fuego.

Unos 10.000 gallones de gasolina para avión se regaron en varios pisos y generaron los incendios, temperaturas de hasta 1.000 grados centígrados hundieron los pisos y doblaron algunas columnas, generando en el proceso los sonidos de «explosiones».

Hace una década, hubo quien dijo –y quedó escrito– que aquello era la IV (¡sí, la cuarta!) Guerra Mundial, siendo la Guerra Fría la tercera de la serie.

Lo grave no es la exageración, lo grave fue que esto lo dijo gente que entonces tenía un enorme poder de decisión en, por ejemplo, el Gobierno de EEUU. De ahí los pretextos para, por ejemplo, Irak, Guantánamo y lo que cada cual quiera añadir.

Pero en el otro extremo, todavía hace muy pocos días, un importante intelectual –con mucho predicamento entre amplios sectores del 15-M– afirmaba textualmente que el 11-S “fue un autoatentado del Gobierno de EEUU, necesitado de un nuevo enemigo después de la desaparición de la Unión Soviética”.

El balance es quizás más complejo.

Hoy ya no estamos tan asustados por el terrorismo internacional, entre otras cosas porque han llegado otros miedos a ocupar su lugar: los miedos económicos.

Pero la trampa es la misma. Como desde el crack de 2008 vivimos aterrorizados, aceptamos de nuestros salvadores todo aquello que, de no estar acogotados, no habríamos tragado: recortes y reformas antisociales, dinero público para salvar bancos, mordiscos irreparables al Estado de Bienestar, reformas constitucionales.

Protestamos, sí, pero cabe pensar que nuestra protesta no está a la altura del ataque sufrido, y es por eso. Porque igual que antes veíamos con resignación que nos controlasen las comunicaciones, nos humillasen en los aeropuertos o nos pudiesen detener sin motivo -para protegernos de la amenaza terrorista-, hoy también vemos con fatalismo cómo desmontan los últimos restos de todo aquello que costó décadas levantar.

Vídeo de investigación/ documental sobre el 11S, dirigido por Franco Fracassi y Francesco Trento en 2008.

Los más importantes desajustes del mundo actual (2011) tienen poco o nada que ver con Bin Laden y Al Qaeda, desde el colapso de la burbuja financiera de 2008 a la sostenida voracidad de los “mercados”. Y todo ello, pasando por la especulación mundial sobre las materias primas alimentarias (trigo y arroz, por ejemplo), que anuncia otra catástrofe por venir.

Al Qaeda está embarrancada, pero el mundo no es más seguro por muchas otras razones.

Timelapse de la reconstrucción de la zona 0


UN DESPUÉS

© Iñigo Ortiz de Guzmán

Bin Laden está muerto

«Buenas noches. Esta noche, puedo informar al pueblo estadounidense y al mundo que Estados Unidos ha llevado a cabo una operación que causó la muerte de Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda, y un terrorista que es responsable por el asesinato de miles de hombres inocentes, mujeres y niños (…)

(…) Y en las noches como ésta, podemos decir a las familias que han perdido a sus seres queridos a manos del terror de Al Qaeda: Se ha hecho justicia (…)

Es casi medianoche -hora local en Washington..

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anuncia la muerte del fundador y líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en una operación llevada a cabo por militares estadounidenses en Pakistán.

En un discurso en directo por televisión, Obama explica que un pequeño grupo de efectivos de élite acababa de llevar a cabo el operativo en la localidad de Abbottabad a unos 100 kilómetros de Islamabad, capital del país. En ese lugar se encuentra la principal academia militar del país.

Al parecer, en el ataque también mueren tres hombres y una mujer, incluido un hijo del líder de Al Qaeda.

Se asegura que Bin Laden opuso resistencia armada y que murió de un disparo en la cabeza.

Obama añade que las fuerzas estadounidense tienen en su poder el cuerpo del fallecido líder de al-Qaeda.

Sin embargo, medios en todo el mundo han reproducido noticias provenientes del New York Times y la agencia de noticias Associated Press, donde funcionarios estadounidenses sin identificar indican que el cuerpo de Bin Laden fue «sepultado en el mar».

Es la noticia del día, la del año.

La muerte del líder de al-Qaeda es una de las más importantes que concretan las fuerzas de seguridad de EE.UU. cuando ya se tenían pocas esperanzas de que el líder de al-Qaeda sería capturado vivo o muerto en algún momento después de diez años de feroz persecusión.

Además de los atentados del 11 de septiembre, se le acusaba de estar detrás de otros ataques como los de 1998 contra dos embajadas de Estados Unidos en África (donde murieron 231 personas) y el ataque en 2000 contra el buque de guerra USS Cole en Yemen (donde 17 marinos estadounidenses perdieron la vida).

Hoy: Wall Street sube, el petróleo baja.

La Casa Blanca está en alerta roja; o, lo que es lo mismo, en alerta máxima ante posibles represalias terroristas.

A pesar del sentimiento de alivio y de euforia en las calles norteamericanas, se hace un llamamiento a la cautela.

Y es que, nos guste o no,  Al-Qaeda no se acaba con la muerte de su líder.

Eso sí…Las revoluciones en el mundo árabe de los últimos meses han demostrado que la vía violenta del terror no era ni la única manera de conseguir el cambio ni la más propicia.

Todo hace indicar que el futuro de Al Qaeda es tan nebuloso como su situación actual.

En realidad, desde hace muchos años era más un símbolo como franquicia de una constelación de grupos terroristas que una organización real con estructura y mandos definidos.

Ayman Al Zawahiri, el lugarteniente de Bin Laden, es un improbable sucesor por mucho que termine adoptando el papel del líder espiritual del movimiento. No tiene ni su carisma ni sus antecedentes militares.

Bin Laden siempre exageró hasta el ridículo su participación en la yihad contra los soviéticos, pero al menos estuvo allí. Abandonó una vida de lujos en Arabia Saudí para escuchar el llamamiento a la guerra santa.

Al Zawahiri intentó aplicar la yihad en Egipto y sólo cosechó un sonoro fracaso.

La operación militar es por otro lado una oportunidad estupenda para Obama con la que poner fin al despliegue militar en Afganistán, una guerra que ha durado más que la Segunda Guerra Mundial.

Es en realidad una excusa, porque es improbable que Bin Laden tuviera ya una influencia directa -más allá de su condición simbólica- en los acontecimientos de Afganistán y en la insurgencia talibán.

Lo cierto es que Afganistán está en estado de guerra permanente desde 1979, y continuará estándolo.

La incapacidad de EEUU para encontrar un momento en el que declarar la victoria o el fin de la misión, sumada a la debilidad manifiesta del Gobierno afgano, habían aplazado el momento de afrontar la realidad.

Quizá ésa pueda ser la mejor consecuencia de la muerte de Bin Laden.

Ojalá fuera así, pero el terrorismo  es tan viejo como la guerra y no concluirá de forma mágica porque Bin Laden haya recibido un tiro en la cabeza.

© Iñigo Ortiz de Guzmán

ETA: «Lo dejo, no lo dejo…»

Durante poco más de medio siglo, la organización terrorista ha logrado convulsionar con violencia la vida política española.

Ahora, ETA recorre en estos momentos el tramo final de su historia.

En eso coinciden las Fuerzas de Seguridad del Estado que han dedicado todo este tiempo a combatirla y aquellos que han justificado sus atentados antes y después de la llegada de la democracia.

Pero ninguno de ellos se atreve a poner fecha a ese final.

Sólo el pasado alberga certezas y una de ellas dice que un día como hoy, hace 37 años, el grupo cometió su atentado más influyente en la historia de España: el asesinato del penúltimo presidente del Gobierno del franquismo, el almirante Luis Carrero Blanco.

Lo que está claro es que algo se mueve en el entorno de ETA.

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, ha manifestado en la últimas horas que esta ocasión «es la buena«, en relación al posible fin de la violencia de ETA y la incorporación de Batasuna a las vías exclusivamente políticas.

Y ha añadido más: «Hay una sensación de irreversibilidad, de que un ciclo de combinación de la estrategia política-militar, como ellos lo denominan, se acaba, y de que no hay vuelta atrás«.

Sobre la difusión de un próximo comunicado de ETA, Egibar ha destacado que «por deseado y esperado, será importante», aunque ha matizado que habrá que esperar a conocer el contenido y si incluye «la voluntad de cese definitivo de la violencia».

BATASUNA

Lo cierto es que la izquierda abertzale anunció la semana pasada que presentará en enero su nueva formación con unos estatutos que se ajusten «a rajatabla» y sin «trampa» a la Ley de Partidos para concurrir en mayo a las elecciones municipales y forales del País Vasco y Navarra.

Pero lo interesante de todo, es que la antigua Batasuna y Eusko Alkartasuna prevén presentarse con la misma marca.

Según un anexo del documento Lortu Arte (Hasta Conseguirlo) -firmado el pasado 20 de junio en Bilbao-, las dos formaciones llevarían de manera conjunta su compromiso de defender la «soberanía nacional» de Euskal Herria frente a España y Francia.

Eso en cuanto a las elecciones para diputaciones y capitales; porque a nivel municipal, tanto uno como otro pretenden presentarse de manera separada e independiente.

Lo que toca, a partir de ahora, es tomar decisiones.

El Gobierno (y probablemente el Tribunal Supremo) deberá decidir entonces si acepta su inscripción en el Registro de Partidos, o si la rechaza al entender que es un sucesor de la ilegalizada Batasuna.

En anteriores procesos de ilegalización, policías, fiscales y jueces concedieron gran relevancia a encontrar vínculos de los dirigentes o promotores de la formación investigada con el mundo de Batasuna.

En esta ocasión, es la propia izquierda abertzale quien se presenta como impulsora del nuevo partido, pero al mismo tiempo alega que ello no puede ser motivo de ilegalización porque Batasuna ya es “otra”.

Una metamorfosis que tendría su máxima expresión en el rechazo a la violencia.

La clave, por tanto, será saber si Batasuna es verdaderamente “otra”, o es “la misma” de siempre con nuevos ropajes.

Y habrá dos elementos determinantes: que el nuevo partido condene con claridad la actividad de ETA.

Y, segundo, que se compruebe que su metamorfosis es sincera. O, dicho de otra forma, que las fuerzas policiales no puedan demostrar que Batasuna sigue actuando a las órdenes de la banda.

Si la nueva formación supera ambas pruebas, deberá ser legalizada, ya que la jurisprudencia del Supremo jamás ha exigido la desaparición de la banda terrorista como condición para que un partido independentista vasco sea legal.

Prueba de ello es Aralar.

A día de hoy, hay un aparente pulso entre ETA y Batasuna por dirimir quién manda en ese mundo. Eso es así.

La banda no acaba de declarar el alto el fuego verificable que le pide Batasuna, pero tampoco niega que vaya a hacerlo.

El hecho de que lo esté consultando entre veteranos en el retiro podría indicar que su cúpula está dividida.

Ese retraso condiciona a su vez la estrategia de Batasuna, forzada a multiplicar las iniciativas tendentes a acreditar su desvinculación de la banda, a fin de poder participar en las elecciones de mayo.

Pero, en todo caso, son iniciativas cautelosas para evitar una ruptura formal con ETA y el pasado compartido con ella.

El Gobierno es claro en este asunto: o consiguen que ETA lo deje, o ellos dejan a ETA.

No le vale a Zapatero que sólo hablen de «rechazo de la violencia y la amenaza de usarla», de ahí su escepticismo.

CÁRCELES

Mientras tanto, en las prisiones hay que algo que está cambiando también.

Hay presos ‘políticos’ que ya no quieren ni ver, ni escuchar, ni hablar de lo que se presupone que no deberían hacer: criticar las acciones violentas pasadas de la banda.

Así, el colectivo de presos disidentes de ETA camina lenta pero implacable.

El Ministerio del Interior, consciente de ello (del arrepentimiento de ciertos capos) ha extendido el proceso de reinserción con la concesión de permisos en Navidad a dos reclusos y la formación en el exterior, de lunes a viernes, a un tercero.

Algo que no es nuevo; de hecho, los primeros permisos se remontan a la pasada Navidad, pero ahora se hacen públicos por primera vez los autos del juez de vigilancia penitenciaria que las autorizan.

Ya son cuatro los reclusos de Nanclares de Oca (Álava) que después de abandonar el colectivo de presos de ETA, haber perdido perdón a sus víctimas por escrito y tener cumplida la mitad de la condena, han sido clasificados con el artículo 100.2 del Régimen Penitenciario. Lo que les permite salir entre semana, regresando para dormir.

En ese colectivo (integrado por Joseba Urrosolo Sistiaga, Kepa Pikabea, Carmen Gisasola, Jurgi Oteiza, Andoni Alza, Rafa Caride Simón, Ibon Etxezarreta y Josu García Corporales) -autodenominado ‘Presos comprometidos con el Irreversible Proceso de Paz‘-, manifiesta su convicción de que tanto en Batasuna como en las cárceles «se están dando pasos para cerrar el ciclo de la lucha armada«, que tiene que «terminar» porque está «fuera de lugar«.

Asimismo, añaden que «sirve de poco hablar de tregua permanente y verificable si no se ha decidido dejarlo definitivamente».

Pero, no todos los presos piensan de la misma manera.

Y es que muchos de los que reniegan de la banda en privado y no acatan las consignas de ETA, renuncian sin embargo a acogerse al proceso de reinserción, con la esperanza puesta en una solución colectiva pactada entre el Gobierno y la organización terrorista.

Y más ahora, ante la expectación que ha levantado el posible y más que esperado comunicado de ETA que se espere amplíe a «verificable, permanente y unilateral» los términos de su alto el fuego.

Lo que sería absurdo sería negar los cambios en marcha en ese mundo abertzale.

Aunque también lo sería ignorar que ha sido la firmeza y exigencia de los partidos democráticos lo que ha hecho que digan hoy cosas que habrían sido impensables hace un año.

Se trata por tanto de encontrar un equilibrio entre esa firmeza, de nuevo avalada por el Tribunal de Estrasburgo (que volvió a avalar la ley de partidos al ratificar la anulación de listas con las que Batasuna trataba de participar en las elecciones de 2007), y la conveniencia de mantener el principio de que la prohibición es una medida excepcional que puede decaer si hay garantías de ruptura real con la banda, con lo que pueda hacer y con lo que ha hecho con la complacencia de su brazo político: 829 asesinatos.


+ info en ETA, alto el fuego

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Estrategia española de seguridad

Así se conoce el documento que será aprobado proximamente por el Gobierno español en su Consejo de Ministros.

(Hoy precisamente se reúnen en Lisboa más de 40 jefes de estado para analizar la seguridad a nivel internacional, bajo el auspicio de la OTAN)

España diseña pues su primer plan de seguridad contra las amenazas globales elaborado por un equipo dirigido por el ex Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Javier Solana.

Tal documento no reconoce como peligros sólo aquellos asuntos tradicionalmente delicados como el terrorismo o los conflictos armados, sino que amplía su visión a problemas como las catástrofes medioambientales, las ciberamenazas o la inseguridad económica y financiera.

Pero tal vez lo más llamativo sea este último aspecto: la economía.

EL MERCADO

Es el reconocimiento -atinado- de que, en un mundo cada vez más globalizado, la economía puede convertirse en un inquietante enemigo; como lo están experimentado en sus carnes nuestro país y otros europeos con los ataques especulativos.

De este modo, el equipo interministerial coordinado por Presidencia (y que ha costado elaborar más de un año) insta al Ejecutivo a potenciar la presencia económica internacional española estableciendo un Sistema de Inteligencia Económica (SIE), una especie de Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que «promueva y defienda los intereses económicos nacionales».

Sin duda, una estrategia que marcará la política española de seguridad de los próximos años.

El ya denominado ‘informe Solana’ plantea la estabilidad económica como «la base de la estabilidad social» y, por ello, asegurará una «correcta supervisión y regulación» de los mercados e intensificará su lucha contra todo tipo de actividades delictivas de índole económico.

En este sentido, se considera «prioritaria» la lucha contra el blanqueo de capitales del crimen organizado.

Por cierto que los servicios de inteligencia de Alemania incluyen desde hace tiempo la economía como potencial amenaza a la seguridad nacional, y tienen una unidad especializada en la materia.

TERRORISMO MUNDIAL

En todo caso, España tendrá en cuenta especialmente la situación en el Sahel, «un terreno fértil para redes delictivas y grupos terroristas yihadistas como Al Qaeda en el Magreb Islámico», apunta el informe.

La intención del Gobierno es diseñar también sus políticas situando al continente africano y al Magreb, como zonas «esenciales para la seguridad de España y del conjunto de Europa».

El texto determina que el norte de África «es una zona prioritaria», no sólo por la ubicación de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, sino «por la proximidad geográfica y los lazos históricos y humanos».

Y recomienda la colaboración con Marruecos y Argelia para afrontar varios desafíos, entre los que cita, junto al terrorismo o el narcotráfico, “una solución negociada justa y definitiva a la cuestión del Sáhara Occidental”.

En este espinoso y muy actual asunto, el informe no entra en detalles.

Esta es precisamente una de las razones que ha esgrimido el Gobierno de Zapatero para justificar su no condena al brutal ataque marroquí del pasado día 8 contra el campamento de protesta Gdeim Izik de El Aaiún.

+ info en Conflicto en el Sáhara Occidental

La perspectiva es más positiva sobre el grupo vasco ETA.

Los expertos reconocen que la banda terrorista «ha sido una lacra a lo largo de 40 años», pero apuntan a que «la madurez y unidad de la sociedad española y la eficacia policial y judicial la han puesto en estado terminal«.

Ya se verá, en todo caso, cómo y de qué manera se plasman estas estrategias. Si se termina con todo grupo organizado o gubernamental que mata o chantajea con la excusa de defender aquello que la mayoría de la población no apoya.

Más vale que actuemos más tarde que nunca. Para la justicia y los derechos humanos, siempre hay tiempo.

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

ZP+PNV+CC=Presupuestos

Por fin el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero respira tranquilo en su escaño.

Llevaba toda la legislatura sin tener un día relajado.

Se había acostumbrado al sobresalto, al suspense y a jugarse la vida en cada votación.

Primer día sin geometría variable.

Para eso ha tenido que mudar la piel.

Y pasar de estar solo a conciencia -para marcar distancias de los demás- a tener un pacto de estabilidad suscrito con PNV y Coalición Canaria.

Ya cambió la piel para dejar a un lado su proyecto político inicial y lanzarse a la política de las reformas, del “me cueste lo que me cueste”.

Zapatero ya no está solo y mira tranquilo a la ministra de economía, Elena Salgado desde el escaño.

LA SUMA DE 1+2 ES IGUAL A 3

El pasado 15 de octubre el Gobierno y el Partido Nacionalista Vasco llegaban al tan ansiado acuerdo (el 3º que los nacionalistas dan a Zapatero; el 6º en la historia de la democracia) que dan via libre a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2011, y que se debatirán entre hoy y mañana.

Un acuerdo histórico por lo que de desarrollo estatutario recibe Euskadi.

Se cierra así un camino iniciado hace ahora 31 años. Los jeltzales han logrado arrancar un paquete de 20 transferencias de ejecución inmediata, y el compromiso de estudiar la fórmula de aplicación de otras siete. Un compromiso que supone un cambio de rumbo en la actitud que históricamente ha mantenido el Estado.

El mejor ejemplo de ello: que es la primera vez que un Gobierno español reconoce que hay materia que transferir en la gestión del régimen económico de la Seguridad Social.

El punto de inflexión hacia el cumplimiento pleno del Estatuto de Gernika.

El acuerdo suscrito por el PSOE y el PNV recoge otros tres proyectos estratégicos: el tren de alta velocidad-TAV; la Fuente de Neutrones por Espalación y el plan de la Bahía de Pasaia; además de 112 millones para inversiones directas y la presencia de Euskadi en el Ecofin -el órgano que decide en la Unión Europea los asuntos económicos y financieros-.

Zapatero, en sus horas más bajas -cuando su margen de maniobra es más estrecho- consigue así lo que no tuvo desde que empezó su segunda legislatura: la estabilidad que da contar con un aliado fijo, el PNV, que tampoco atravesaba su mejor momento tras ser desplazado de Ajuria Enea.

De esas dos debilidades ha salido una alianza entre los dos partidos más antiguos de España, con el riesgo de afectar a la estabilidad del Gobierno del lehendakari Patxi López, convidado de piedra en las negociaciones.

A los nacionalistas vascos les convenía este pacto para mostrar su centralidad en la política vasca y empezar a maniobrar para intentar recuperar la Lehendakaritza. No hay muchos precedentes de competencias que arranca en una negociación un partido de la oposición en la comunidad que los va a gestionar.

Pero al PNV le viene de perlas vender en Euskadi que es el partido que, incluso sin gobernar, arranca transferencias y cuestiones tan simbólicas como el nombre oficial de las provincias en euskera.

Con todo, la ecuación matemática no le ha salido tan mal al PNV, que se sabía imprescindible para sacar a cabo -con su apoyo- las cuentas del Estado, después de que el resto de las formaciones de la oposición presentara las enmiendas de devolución de dichos Presupuestos.

A cambio, los nacionalistas vascos han tenido que tragarse sapos como apoyar en los Presupuestos la congelación de pensiones que rechazó media docena de veces en el Pleno del Congreso. Su objetivo está en el País Vasco, en las diputaciones, los ayuntamientos y en el Gobierno autonómico.

El presidente del partido jeltzale, Iñigo Urkullu, horas después de conocerse el acuerdo: «Tengo que decir con satisfacción que lo conseguido es un paso determinante, definitivo, para encarar el cierre del Estatuto«.

Pero el pacto alcanza su mayor dimensión en los referido al autogobierno. Es ahí donde reside su carácter histórico, como recordó Urkullu.

Veinte transferencias inmediatas (las tres acordadas en septiembre): las políticas activas de empleo, en la Formación Profesional ocupacional y continua, y el Instituto Social de la Marina se harán efectivas el 1 de enero de 2011.

Nueve más en el primer semestre del año que viene y otras ocho en el segundo semestre. Y siete más entre ellas la del régimen económico de la Seguridad Social sujetas al compromiso de estudiar cómo se ejecutarán.

El compromiso, sin embargo, no toca el referente a prisiones, y excluye asimismo la transferencia relativa al régimen económico de la Seguridad Social. Esta competencia ha sido motivo de desacuerdo permanente dado que, por una parte, la Constitución la considera exclusiva del Estado y, por otra, el Estatuto vasco la atribuye a Euskadi.

Hay, pues, un conflicto de competencias, más que una competencia no reconocida.

Sucesivos Gobiernos utilizaron como argumento para no tocar el asunto la fuerte oposición de los sindicatos, que siempre han denunciado que su traspaso rompería el criterio de unidad de caja que garantiza las mismas prestaciones en todo el territorio.

Según acaba de explicar Salgado en el Congreso, habrá contención del gasto público; y el referido al social aumentará hasta el 58%. En total, más de dos puntos porcentuales del PIB en gastos para el próximo año, y que se dividen en los siguientes apartados:

Una incógnita que se abre ahora es el papel del pacto PSE-PP en Euskadi en estas nuevas condiciones.

Si ese acuerdo tan anómalo se produjo fue por dos razones: por la aplicación de una política de tolerancia cero y deslegitimación del terrorismo, así como por la deriva soberanista del PNV en la década precedente.

Con todo, si el primer factor entra en fase de solución, vislumbrándose el fin de ETA y la reconversión de la izquierda abertzale; si el PNV aparece comprometido en ella junto a PSOE y PP, y si los peneuvistas dejan además de lado las exigencias rupturistas y autodeterministas y regresan al Estatuto de Gernika, ¿cuál es la función que le queda por cumplir al pacto vasco cuando socialistas y populares difieren tanto en sus principios económicos, fiscales o educativos?

Lo sabremos dentro de poco.

Lo que sí acabamos de saber es que el PP amenaza con romper el pacto de gobierno que tiene en Canarias. Lo dirán esta tarde sus representantes populares en esa región. Y es que el Coalición Canaria llegara en el día de ayer a salvar también las cuentas públicas (con un compromiso de inversión en las islas de 280 millones de €), puede costarle al partido nacionalista el control del Gobierno del archipiélago.

Mientras tanto, otros partidos -en especial los catalanes- están descolocados ante la nueva situación de pactos. Se prevé pues que CiU haga previsiblemente un discurso muy crítico mirando a las elecciones catalanas. Aunque el Gobierno no descarta que después de esa cita con las urnas pueda unirse al bloque de estabilidad.

Y la izquierda seguirá marcando distancias con la política de reformas costosas de Zapatero.

Para el primer día de debate de Presupuestos sólo queda escuchar a Mariano Rajoy.

¿Hará propuestas concretas? ¿Hasta dónde llegará su nivel de crítica a los pactos con PNV y CC? ¿Ha entendido que 1+2=3?

Hasta ahora, no ha adelantado mucho…

Clamará contra el acuerdo con la idea de que Zapatero vende España a cambio de mantenerse en el poder. Pero como ministro de Administraciones Públicas se hartó de firmar traspasos a Cataluña y País Vasco para que Aznar fuera presidente. Y dijo entonces en el Congreso que utilizaría siempre que pudiera el artículo 150 de la Constitución que permite delegar competencias para pagar los pactos con CiU y PNV de 1996.

Sabe que si gana sin mayoría absoluta en 2012, él tendrá que hacer lo mismo y pactar con los partidos nacionalistas.

Mientras tanto, aquí todos han jugado sus cartas.

El presidente del Gobierno está a punto de blindarse para terminar la legislatura gracias al PNV.

No sólo está en juego el Presupuesto para 2011, sino agotar el mandato y tener una cierta tranquilidad en asuntos económicos.

El pacto tiene más trascendencia de la que se le da. Porque presupone -eso dicen- dar más confianza a los mercados financieros; un hecho del que algunos difieren. Los mismos que opinan que los socialistas -con las encuestas bajo mínimos- tienen los días contados; se habla de poszapaterismo. Aunque ZP ya lo ha dicho: «Un año y medio en política, es mucho».

Pero, sobre todo, el acuerdo simboliza la superación por el PNV de la deriva anti-autonomista y su compromiso con la gobernabilidad de España.

A tod@s: Quien les ha visto y quien les ve…Son lobos con piel de cordero. Así es la política.

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

ETA, alto el fuego

La cadena de tv británica BBC y el periódico jeltzale GARA, lo acaban de anunciar: el alto el fuego por parte de la banda terrorista ETA (creada en Euskadi/País Vasco en 1959, al albor de la dictadura franquista en España).

Ver video aquí

La emisora pública británica ha tenido acceso a un vídeo en el que asegura que la organización terrorista, a la que como casi siempre califica como «grupo separatista armado vasco«, tomó la decisión «hace meses» para «poner en marcha un proceso democrático«.

Según la declaración recibida a la redacción del periódico vasco -afín a la ideología independentista- ETA se reafirma en el compromiso con una solución democrática para que, a través del diálogo y la negociación, los ciudadanos vascos podamos decidir nuestro futuro de forma libre (…) Si el Gobierno de España tiene voluntad, ETA está dispuesta, hoy igual que ayer, para emprender el proceso democrático.

Y añaden (…) «Queremos hacer un llamamiento al conjunto de los ciudadanos vascos para que se impliquen y continúen la lucha. Cada cual en su propio ámbito, ofrecido cada uno su nivel de compromiso, para que con la riada compuesta por las gotas de todos podamos derruir el muro de la negación y dar pasos irreversibles en el camino de la libertad».

De ser cierto, sería -sin duda- la noticia del año. En todo caso, todavía se desconoce si es temporal o definitivo ese alto el fuego. Ni presupone tal documento si habrá entrega de armas.

HISTORIA DE ETA: La dictadura del terror

31 de julio de 1959– Un grupo de estudiantes radicales disidentes del colectivo EKIN –nacido en 1952 para reaccionar contra la pasividad y el acomodo que en su opinión padecía el PNV- funda Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad). Es el nacimiento de ETA, una alternativa ideológica a los postulados del Partido Nacionalista Vasco con cuatro pilares básicos: la defensa del euskara, el etnicismo (como fase superadora del racismo), el antiespañolismo y la independencia de los territorios que, según reivindican, pertenecen a Euskadi: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra (en España), Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia).

Su primera acción violenta se produce el 18 de julio de 1961: el intento fallido de descarrilamiento de un tren ocupado por voluntarios franquistas que se dirigían a San Sebastián para celebrar el Alzamiento.

En estos primeros años, la policía persigue a sus miembros, que se dedican a colocar pequeños artefactos sin apenas consecuencias, hacer pintadas de «Gora Euskadi» (Viva Euskadi) y colocar ikurriñas. Las bases de la organización se consolidan en mayo de 1962, en la celebración de su I Asamblea en el monasterio de Belloc (Bayona, Francia), donde se presenta como «Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional».

El grupo rechaza cualquier colaboración con partidos o asociaciones no nacionalistas vascas y apuesta por una fuerte campaña proselitista. Es aquí cuando se autodefinen como una «organización clandestina revolucionaria» que defiende la lucha armada como el medio de conseguir la independencia de Euskadi.

Hasta 1968 la banda no da el paso de asesinar. El 7 de junio, ETA mata a tiros al guardia civil José Pardines Arcay y, posteriormente, asesina al policía franquista Melitón Manzanas, jefe de la brigada político-social de Gipuzkoa.

La banda terrorista logra su mayor golpe de efecto con el asesinato del almirante Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973, en un espectacular atentado en la calle Claudio Coello de Madrid.

El primer atentado masivo se produjo al año siguiente: el 13 de septiembre de 1974, 12 civiles morían y otros 80 resultaban heridos en la explosión de un artefacto en la cafetería Rolando, en la calle Correo de Madrid, situada junto a la Dirección General de Seguridad.

El debate interno sobre este atentado masivo provoca la primera escisión importante en la organización: los «milis» de ETA militar, partidarios de la insurrección popular, se desmarcan de los «polimilis» de ETA político militar, que apuestan por la violencia selectiva.

En total, en cinco décadas de terrorismo: 817 víctimas mortales (de las cuales 478 eran miembros de cuerpos policiales y 339 civiles) y 84 secuestros. Ninguno en el último año. Todo por un fin: la independencia de un Pueblo. Pensar diferente ha sido siempre un peligro, una excusa para empuñar la pistola, y matar por matar.

La actividad terrorista no cesa con la muerte de Franco.

En la década de los 80, ETA recrudece su ofensiva para forzar las negociaciones con el Gobierno y los atentados masivos e indiscriminados azotan a la sociedad española como no lo había hecho hasta entonces.

El 18 de junio de 1987, otro coche bomba sembraba el terror en el parking del centro Hipercor de Barcelona, provocando 21 muertos y 45 heridos.

Antes, había desaparecido ETA político-militar (en 1982) y comenzado la«guerra sucia» de los GAL. El 23 de septiembre de 1984, Francia concede, por primera vez, la extradición de tres presuntos miembros de ETA a España, sentando precedente para futuras colaboraciones. Los partidos políticos también mueven pieza en su terreno. Se firman el Pacto de Madrid (1987), el Pacto de Ajuria Enea (1988) y el Pacto de Navarra (1988).

En esta década se produce uno de los episodios más destacados de las disidencias internas en el seno de la banda terrorista: Dolores González Cataraín ‘Yoyes’, que abandonó la organización en 1980 por su desacuerdo con la línea dura, fue asesinada el 10 de septiembre de 1986 mientras paseaba con su hijo.

En 1989, ETA y el Gobierno intentan dialogar y acercar sus posturas en las conversaciones de Argel. Ttres meses de contactos que estuvieron acompañados de una tregua de la banda terrorista, que retomó las armas tras la ruptura del diálogo.

En toda su Historia, ETA ha declarado una decena de treguas. La última, anunciada el 22 de marzo de 2006, se prolongó durante nueve meses. El 30 de diciembre de ese mismo año, la banda terrorista rompía el alto el fuego con un atentado en el aeropuerto de Barajas.

La tregua que comenzó el 18 de septiembre de 1998 -y que duró 439 días- ha sido la más extensa. Pero siempre ha habido ‘algo’ o ‘alguien’, español o no, ETA o no, que ha terminado por dinamitar cualquier solución al conflicto vasco.

En julio de 2009, ETA sobrepasó la barrera del medio siglo. 50 años de miedo y asesinatos.

La organización terrorista atraviesa el momento más débil de su historia, con un aparato militar que ha sido desarticulado en cinco ocasiones desde noviembre de 2008.

Desde entonces, la banda terrorista ha visto seriamente amenazada su estructura interna con las sucesivas detenciones de sus principales jefes militares por manos de las fuerzas de seguridad españolas y francesas, a las que se han sumado comandos desarticulados y decenas legales (no fichados) y liberados (a sueldo) capturados a ambos lados de los Pirineos.

Quizá por eso, o bien por la presión de las bases militantes, o por el entorno político de Batasuna, lo cierto es que ahora ETA está más contra la pared.

La izquierda abertzale parece haber entendido lo que está obligada a hacer si quiere recuperar la legalidad. Y qué mejor que los llamados «principios Mitchell«. Se trata de seis puntos que debían asumir los partidos irlandeses que contaban con brazo armado para ser admitidos en las conversaciones de paz. El primero de esos puntos era el compromiso con los medios exclusivamente políticos, y el segundo el desarme total de las organizaciones paramilitares.

Seamos, en todo caso, positivos ante el hoy anunciado alto el fuego, aunque cautos. Eso sí, que no sigan con el juego de los pétalos… Y veremos a partir de ahora qué piden a cambio: la exigencia de derogación de la Ley de Partidos, el traslado de los presos a cárceles vascas, el fin de los procesos judiciales contra la izquierda abertzale, etcétera.

Tiempo al tiempo.

Se puede decir más alto, pero no más claro: FIN del TERRORISMO- NO a ETA.

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

 

 

Hiroshima, en el recuerdo

Hoy se conmemora el 65º aniversario del bombardeo nuclear sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.

Y se ha hecho en silencio. Sólo interrumpido por el sonido de una campana, a la hora exacta en la que se soltó la bomba aquel 6 de agosto de 1945.

Eran las 8:15 de la mañana. El bombardero militar estadounidense Enola Gay dejaba caer una bomba de uranio enriquecido de cuatro toneladas de peso, que detonó a 600 metros de altura.

En minutos, una columna de humo color gris-morado con un corazón de fuego (a una temperatura aproximada de 4000º C) se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura.

Tras recibir la noticia, Harry Truman, el entonces presidente de los Estados Unidos, declaró crudamente: «Éste es el suceso más grandioso de la historia«.

La mayoría de las víctimas de Hiroshima eran civiles, incluyendo mujeres y niños. Truman hizo mención de la «gran responsabilidad que ha caído sobre nuestros hombros y que gracias a Dios llegó a nosotros y no a nuestros enemigos«. Le pidió a Dios «su guía para usarlo para sus fines«. Fue una plegaria escalofriante y profética.

Tres días después le tocaría a Nagasaki, sobre la que se arrojó una bomba de plutonio. En total, una fuerza explosiva de unas 22 mil toneladas de TNT. Resultó en la muerte inmediata de unas 40 mil personas.

Eran los días finales de la Segunda Guerra Mundial. En el frente occidental ya se había acabado, con la derrota de la Alemania nazi. Y EEUU quería asegurarse de que todo el mundo recibía el mensaje sobre quién emergía como la auténtica potencia política y militar dominante en el mundo de la posguerra.

Los americanos no necesitaban utilizar la atómica para asegurarse la victoria en el Pacífico, pero lo hicieron.

Según los historiadores fueron tres las razones detrás de este gesto: la voluntad de evitar que los coletazos de la guerra se prolongaran demasiado; el deseo de venganza contra Japón después de Pearl Harbor; así como la voluntad de demostrar a Unión Soviética -entonces aliada de EE UU pero próximo rival en el tablero mundial- su poderío atómico.

Se calcula que unas 250.000 personas murieron como consecuencia de estos bombardeos.

100.000 murieron en los segundos posteriores a la explosión.

En Hiroshima se produjo el fenómeno de las sombras muerte: personas que literalmente se volatilizaron como consecuencia del calor abrasador. Quedaron reducidas a polvo y sus sombras se dibujaron sobre las calles y casas.

Según los testimonios de quienes presenciaron la devastación, los sobrevivientes de la explosión parecían fantasmas que deambulaban entre cenizas y humo. Fantasmas sin pelo, pues se les quemó en la explosión, o fantasmas ciegos, que lo último que vieron fue el resplandor nuclear.

Todos los años, los habitantes de la ciudad dibujan de nuevo aquellas sombras, para conmemorar la memoria de los fallecidos. Muchos de los que aparentemente resultaron ilesos comenzaron después a sufrir alteraciones graves de salud como síndrome agudo de radiación, disminución extrema de glóbulos blancos, diarreas o hematomas.

Los supervivientes, que se llaman a sí mismos hibakusha, están en muchos casos afectados por anemia crónica, tumores malignos y trastornos psíquicos.

En este año 2010 la conmemoración tiene un carácter especial. Por primera vez, un alto representante de EEUU (su embajador) –John Roos– asiste a los actos conmemorativos. También acude el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Éste último ya ha dado signos de avanzar en términos de derechos humanos, y ha propuesto fijar 2012 como el año de entrada en vigor del Tratado para la Prohibición de Pruebas Nucleares -suscrito en 1996- pero que sigue a la espera de la ratificación de 44 naciones, entre ellas Estados Unidos y China.

Pero este aniversario debería servir para algo más que para la reconciliación sobre el pasado. Debería ser un recordatorio del peligro, actual y muy real, que suponen las armas nucleares para nuestro planeta y para el futuro de la humanidad.

El proceso que lleva a la fabricación de una bomba nuclear

Una vez extraído, el uranio es transportado a una planta especializada donde es molido hasta convertirlo en un polvo muy fino.

Luego es purificado por medio de un proceso químico y reconstituido en una forma sólida conocida como «torta amarilla», debido a su color amarillento. Este material contiene uranio en un 60-70% y es radiactivo.

El objetivo principal de los científicos nucleares es aumentar la cantidad de átomos de uranio-235, un proceso conocido como enriquecimiento.

Para hacerlo el uranio debe ser convertido primero en un gas, hexafluoruro de uranio, para ello se lo calienta a unos 64 grados centígrados. Un gas que es corrosivo y reactivo por lo que debe ser manejado con sumo cuidado. Las tuberías y bombas de las plantas de conversión son construidas de una forma especial con aleaciones de aluminio y níquel.

Según el Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), ocho países con capacidad nuclear cuentan con 22.000 cabezas nucleares, de las cuales más de 7.500 son armas operativas.

Se trata de EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia, China (las cinco potencias atómicas reconocidas por el Tratado de No Proliferación-TNP), y de India, Pakistán e Israel. Varios de estos países han anunciado iniciativas para modernizar y diversificar sus arsenales. En Reino Unido, por ejemplo, se debate el reemplazo de los submarinos nucleares Trident. Es decir, que aunque muchos puedan pensar que las armas nucleares son algo de la Guerra Fría, un asunto olvidado y del pasado, nada más lejos de la realidad.

Este año se han producido varias iniciativas relativas al peligro nuclear.

En abril, EEUU y Rusia firmaron en Praga un tratado de reducción de armamento. Ambos países se comprometen a reducir sus arsenales en casi un tercio, en torno a unas 1.550 cabezas cada uno, así como a limitar el número de lanzadores (se trata de armamento desplegado, no del arsenal almacenado).

En mayo tuvo lugar la Conferencia de Revisión del TNP, que concluyó con un documento de consenso entre los casi 190 países participantes. Aunque se trata de un texto débil, hay una referencia importante, ya que se rescata la idea de crear una zona libre de armas de destrucción masiva en Oriente Medio.

El peligro que suponen las armas nucleares requiere ser abordado con mayor decisión y audacia y actuando en varias vías paralelas. Los países más poderosos están haciendo un esfuerzo para evitar que Irán pueda hacerse con un programa atómico y eventualmente con el arma nuclear.

Esto contrasta con su tolerancia con los programas atómicos de India y Pakistán (que son miembros del Tratado y, por tanto, lo han incumplido), o con el de Israel (que ni siquiera ha firmado el Tratado).

A su vez, las cinco potencias nucleares reconocidas deben, en virtud del mismo Tratado, dar pasos decididos hacia el desarme, algo que tampoco están haciendo. Estos dobles raseros minan toda posible credibilidad.

Hoy se habla con insistencia del terrorismo y del peligro que supone para la seguridad internacional. También de la posibilidad de que eventualmente grupos terroristas pudieran obtener (y utilizar) armamento no convencional.

Con un mercado negro de armamento floreciente y en auge a nivel internacional, es aterrador pensar en la posibilidad de que los materiales para fabricar una bomba sucia cayeran en manos de grupos terroristas. Pero también lo es pensar que un accidente, un error humano o un problema en una negociación pudieran dar lugar a la detonación de una bomba.

«Las armas nucleares son uno de los peligros existenciales a los que se enfrenta la humanidad y su eliminación debe ser una prioridad desde ahora mismo y para las generaciones venideras» (Mabel Bustelo, responsable de Desarme de Greenpeace)

No a las bombas, no a HIROSHIMA, tantas guerras, no más GUERNICAS…

«El hombre piensa en el significado de la vida porque sabe con certeza que va a morir algún día» (Haruki Murakami, en el libro: «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo»)

Film: «In The Mood for Love» (2000- Wong Kar-Wai)

Y sí a la razón, al amor

Por Iñigo Ortiz de Guzmán

Ultimo capítulo: Baltasar Garzón

13:30h. El Consejo General del Poder Judicial de España suspende cautelarmente a Garzón como juez en la Audiencia Nacional por investigar los crímenes del franquismo.

Unanimidad pues del alto órgano judicial que echa por los suelos 22 años de su carrera como magistrado el Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional.

En saco roto quedaron ayer los intentos de una parte de los miembros del sector progresista del Poder Judicial de forzar, antes de las once de la mañana de hoy, la celebración de una comisión permanente urgente que autorizase la petición de Garzón de irse en comisión de servicio como asesor de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional de La Haya.

El tema de si optará o no a su nuevo cargo lo abordará esta tarde (a las 6pm) la Comisión Permanente del CGPJ, que comprobará si entra dentro de los previstos para declarar a un juez en situación de servicios especiales. Un hecho que parece improbable que se produzca.

En todo caso, uno se pregunta si se ha querido cortocircuitar la solución que evita la suspensión.

En uso de la cordura se debería haber ido por orden:

1º) Resolver la petición de traslado a La Haya; 2º) Dar tiempo a la sala para que decidiese la trascendental cuestión de la validez o no de la acusación; 3º) Caso de poder abrirse juicio oral y estar Garzón ya fuera de su Juzgado, declarar la improcedencia de la suspensión por carecer la misma de objeto.

Invertir este orden solo ha podido obedecer a una razón: abortar el viaje a La Haya y obtener la suspensión a toda costa.

Nunca fue un personaje discreto, nunca escurrió el bulto y siempre se las ingenió (o se las ingeniaron otros) para que los temas candentes alcanzaran su despacho. La biografía de Baltasar Garzón es tan extensa que apenas hay asuntos de calado que no hayan pasado por sus manos. Desde los primeros golpes a un narcotráfico que trataba de convertir a algunas regiones de España en una forma de nueva Sicilia, al terrorismo puro y duro, pasando por el denominado terrorismo de Estado y sus derivados: el uso de fondos reservados. Por supuesto, no podía dejar de lado la corrupción urbanística en todas sus formas.

Garzón llegó a exportar su prestigio fuera de las fronteras nacionales con otros casos no menos llamativos, léase por supuesto el de Pinochet, un intento de procesar a Berlusconi, y algún ramalazo de tono islamista pidiendo la detención del propio Bin Laden.

Sin duda, la Justicia española acaba de sufrir el mayor descrédito de su historia.

Nuestros tribunales, desde los juzgados de instrucción al Supremo y al Constitucional, tienen una merecida mala fama entre la sociedad española. Y tampoco gozan de buena imagen histórica en el mundo. Aunque la democracia haya lavado su siniestra trayectoria de arbitrariedades durante la dictadura, ha vuelto a ensuciarla el que prosperen las denuncias contra Garzón de grupos fascistas, opuestos a la investigación de los crímenes del franquismo.

Y son dos los casos por los que sigue acusado. Uno, por intervenir en las escuchas ilegales de los imputados del Caso Gürtel; y dos, por los supuestos cobros ilegales que recibiría por parte del Banco Santander (que Botín niega) en su paso por Nueva York.

Dado su palmarés, podría deducirse que a Garzón le faltaba un personaje en su currículo, un cromo para terminar la colección: Franco.

Había saldado cuentas con mucha gente, pero nunca había tocado el territorio del Dictador autóctono. A cuenta de la ley de la Memoria Histórica, de sus imperfecciones y de las demandas desatendidas de los familiares de las víctimas de miles de fusilamientos, Garzón quiso abrirle un sumario al franquismo. Y le ha salido el tiro por la culata.

Esta vez, se ha visto a demasiada gente convencida de que se acercaba el final.

Son demasiados quienes piensan que Garzón ya está amortizado. Que ya no es necesario. No al menos para el poder político. Todos han experimentado su inclemencia. De los escritos de Garzón en su libro se deduce que es un hombre convencido de que ha venido al mundo a interpretar un papel y acepta el sacrificio que ello exige.

El problema es si está preparado para vivir un final que no tenía previsto.

Por Iñigo Ortiz de Guzmán