Archive for the ‘Política’ Category

Arrivederci Berlusconi

El guión ha salido según lo previsto.

El pasado jueves salió a la luz un informe sobre la situación italiana elaborado por el gigante de la banca de inversión estadounidense Goldman Sachs, empresa de la que ha sido consejero el también ex-comisario europeo Mario Monti, y posible nuevo primer ministro.

El documento calculaba que la prima de riesgo de Italia, que ese día rondaba el disparate de los 570 puntos, bajaría a 350 si Berlusconi era sustituido por un Gobierno “de carácter técnico” que estuviera guiado “por una personalidad externa y capaz”.

El dibujo que sale con esos rasgos es el vivo retrato de Monti, que ayer ya despachó largo y tendido con Il Cavaliere antes de que este dimitiera, quizás para limar algún pequeño detalle sobre los procesos judiciales pendientes o la colocación de los principales protagonistas de esta etapa infame del berlusconato.

Coppola tiene materia para ‘El padrino 4’.

Con todo, la doctrina del pánico permite que Europa asista sin rechistar a verdaderos chantajes como los que esta semana se han producido en Grecia e Italia.

Se imponen gobiernos técnicos sin pasar por las urnas, amparados por el “carácter excepcional de la situación”, la necesidad de “estabilizar el país” y con el compromiso de “dar paso cuanto antes a unas elecciones generales”.

En definitiva, excusas de manual empleadas en cualquier golpe antidemocrático conocido, con la diferencia de que ya no se precisan fusiles.

La prima de riesgo asusta más.

Los mercados -y luego todas las siglas esas: UE, BCE, FMI, BM…- no le han dado tregua, pero los ciudadanos tampoco.

Éstos le dieron un toque en los pasados comicios municipales y demostraron que la televisión no siempre gana las elecciones. Berlusconi esperaba que la gente se quedase en casa o aprovechase para ir a ver a la suegra y, así, no se alcanzase el 50% de participación necesaria para que la votación fuese vinculante.

Pero la gente salió a la calle y le aplicó un correctivo con su voto en contra de la ley de legítimo impedimento.

Eran dos síntomas de que la sociedad mantenía sus constantes vitales, aunque insuficientes para desbancarlo del poder, al menos hasta la siguiente cita con las urnas.

Frustrante, hasta que el ciclón de la crisis:

1-levantó la alfombra

2-mostró la economía italiana hecha polvo

3-y se lo tragó en un soplo

Ilustración- Iker Ayestarán

Como afirma el periodista Lluís Bassets: «El Caimán se va, pero antes se ha cargado la soberanía de la República italiana, ahora vigilada e intervenida. Y todavía puede hacer más estropicios. (…) Pero el Caimán no se irá sin más. Dará coletazos y morderá mientras esté vivo. Y no hay nada más peligroso que un reptil acorralado o herido de muerte. Ahora lo está. Puede quedarse inmóvil, como petrificado, aparentemente rendido a la evidencia. Pero atacará en cuanto vea la menor oportunidad.»

Parece de chiste, pero quién le iba a decir a Berlusconi que un islandés, un griego y un portugués iban a provocar que el italiano terminase tirándose (por indicación del piloto franco-alemán) del avión.

+ info en SOS Italia

+ info en Algo pasa con Berlusconi

© Iñigo Ortiz de Guzmán

Euskadi en PAZ

A diferencia de las guerras y de los actos violentos, la paz no estalla.

No hace ruido.

Esta paz que nos llega ahora es también de naturaleza silenciosa, porque tiene una parte de alegría y otra de tristeza. Quizás no haya que festejarla ni hacer de ella una bandera.

Es posible que hoy mismo comencemos a hablar ya de vencedores y vencidos, de la victoria de la convivencia y de la derrota definitiva del terrorismo. Seguramente habrá muchas palabras difíciles, sospechas, recelos y dudas sembradas.

Habrá que hacer muchas valoraciones: por ejemplo, acerca del momento elegido para hacer el anuncio, justo un mes antes de las elecciones. Sobre a quién beneficia y a quién perjudica electoralmente esta noticia.

A casi todos nos hubiera gustado que pidiesen perdón, que entregasen ya mismo las armas, que admitiesen su error, que anunciasen su disolución. En fin, que demostrasen que esta vez es para siempre.

A pesar de estos peros, el 20 de octubre de 2011 pasará a la historia como el día en el que la democracia derrotó a ETA.

El comunicado de la banda terrorista puede tener muchos significados en el futuro, pero -en el día de hoy- su sentido profundo es el reconocimiento de un error y la voluntad de no volver a cometerlo.

A partir de aquí se abren muchos escenarios posibles -que habrá que diseñar con paciencia y con esfuerzo-, porque la lucha por la paz no acaba de terminar, sino que comienza ahora su fase decisiva.

Un período en el que quizás podamos cerrar muchas heridas y reconocer, al mismo tiempo, que otras muchas quedarán abiertas para siempre y que tendremos que vivir con ellas. Y todo hasta que se agoten los últimos testimonios vitales de un período siniestro que nunca debió haber existido.

Son días para recordar a los que ya no están.

No hay mejor noticia que la certeza -o casi- de que Jean-Serge Nérin, ese gendarme francés asesinado en marzo de 2010, fue el último inocente muerto.

+ info en ETA, alto el fuego

Musika + en Txoria txori

Gora Euskadi Askatuta! ¡Viva Euskadi libre!

© Iñigo Ortiz de Guzmán

Agur a la violencia


© Iñigo Ortiz de Guzmán

La no vuelta atrás- ETA

ETA ha sido derrotada.

Los terroristas se rinden, a su manera, porque están policialmente acorralados. Porque la última negociación y la voladura de la T-4 les dejó sin argumentos incluso entre los suyos. Porque ni siquiera ese porcentaje de la sociedad vasca que les apoya toleraría un muerto más.

ETA se va sin conseguir ni una sola de sus reivindicaciones históricas y hasta sus propios presos son conscientes de su fracaso: “El Estado ha derrotado a ETA policialmente, la ha aplastado, así de claro”, decía uno de ellos según una conversación interceptada por la Policía.

ETA está en su funeral.

Y la conferencia de paz de San Sebastián no es más que el intento de su brazo político por vestir el cadáver. Ha perdido por goleada, salvo en dos caricaturas.

Una la pinta la izquierda abertzale, convirtiendo esa derrota en la respuesta generosa de la banda ante sus peticiones de paz. La otra –que será igual de rentable el 20-N para las nuevas siglas de Batasuna– la está dibujando un sector de la derecha española y su enorme coro mediático. Y todo con el silencio cómplice de Rajoy.

“Si ETA no mata es porque está ganando”, dice tan ancho Jaime Mayor Oreja, con esa lógica cainita que define este país. Así es España.

Por fin terminamos con la última banda terrorista que aún quedaba en Europa.

Por fin logramos que ese mundo abandone para siempre la violencia y apueste por la política.

Y, en vez de celebrarlo, hay quien prefiere cambiar esa victoria por otra piedra con la que lapidar a quienes han hecho mucho por el fin de ETA; o sea, a la sociedad.

Ya está bien…

+ info en El principio del fin de ETA

© Iñigo Ortiz de Guzmán

10 años del 11S

UN ANTES

8:46:30

El vuelo 11 de American Airlines choca frontalmente contra la torre norte

50.000 personas trabajan en las Torres Gemelas

9:02.59

Un avión de United, con vuelo 175, se estrella contra la torre sur

Para entonces, todas las cadenas internacionales retransmiten en directo

Las torres cuentan con una altura de 417 y 415 metros de altura respectivamente; en total, 11o plantas

9:07:00

Avisan al presidente de que se trata de un ataque terrorista.

George W. Bush tarda 24 minutos en dar la cara.

400 bomberos mueren en el rescate

9:37:46

El impacto de un tercer avión, con vuelo 77 de American, en el Pentágono en Washington deja 125 fallecidos.

Se sabe que los terroristas intentaron utilizar 10 aviones

09:59:30

Se derrumba la torre S (tarda 11 segundos)

10:28:00

La torre N no aguanta, y cae también al suelo en tan sólo 9 segundos

La cantidad de escombros removida se eleva a más de un millón y medio de toneladas.

8 meses se tardó en desescombrar lo que corresponden a unos diez campos de fútbol.

2.973 víctimas in situ, 6.000 heridos

A día de hoy, 422.000 neoyorkinos sufren estrés postraumático.

Se estima que Estados Unidos ha gastado entre 3,2 y 4 billones de dólares en las guerras de Irak, Afganistán y Pakistán.

Incluyendo la pérdida de empleos, la disminución de ingresos por impuestos, los daños a la infraestructura y el costo de la limpieza, la ciudad de Nueva York perdió unos 95 mil millones de US$.

Aunque la mayoría de los musulmanes de EE.UU. dice que desde el 11-S es más dificil practicar su religión, el 48% y el 32% respectivamente piensa que los estadounidenses son «generalmente amistosos» o «neutrales» hacia ellos, mientras que el 16% piensa lo contrario.

¿ESTÁ EL MUNDO MÁS SEGURO?

Probablemente no.

De hecho -y todo a pesar del espectacular operativo de la CIA que acabó con la vida de Osama Bin Laden y de atentados frustrados o malogrados-, diez años después ni el terrorismo ni la «guerra» en su contra han terminado.

Es más, se han registrado más actos terroristas desde el 11 de septiembre de 2001 de los que se catalogaron en un período de unos 20 años anterior a esta fecha.

TEORÍAS CONSPIRATIVAS

El fenómeno de las teorías de la conspiración no es nuevo.

A los estadounidenses es algo que les gusta, desde Pearl Harbor al certificado de nacimiento de Obama, pasando por el asesinato de John F. Kennedy o la muerte de Marilyn Monroe.

Se autodenominan 9-11 truthers. Buscadores de la verdad que han ido preguntándose, entre otros asuntos:

¿Por qué la fuerza aérea de Estados Unidos, que es la más poderosa del mundo, no pudo interceptar los cuatro aviones que fueron secuestrados?

La teoría conspirativa: El entonces vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, ordenó a los militares no interceptar las aeronaves.

La versión oficial: Se trató de un inusual caso de piratería aérea y el transpondedor, que emite señales para determinar la ubicación exacta del avión, fue apagado o modificado.

Además, ese día se llevó a cabo un ejercicio rutinario de entrenamiento militar en el comando de defensa aérea de Estados Unidos.

¿Por qué colapsaron tan rápidamente las Torres Gemelas, cuando los incendios sólo se presentaron en algunos pisos y duraron una o dos horas?

La teoría conspirativa: Los aviones no ocasionaron la caída de las Torres Gemelas. Fue una demolición controlada. Para probar este argumento, algunas teorías resaltan el rápido colapso de los edificios (unos diez segundos), los incendios de corta duración (el de la segunda torre duró 56 minutos y el de la primera, 102) y sonidos de explosiones que se registraron antes del colapso.

La versión oficial: Una extensa investigación del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, en Estados Unidos, concluyó que las aeronaves dañaron las columnas de soporte de los edificios y causaron que se desprendieran los aislamientos encargados de evitar la propagación del fuego.

Unos 10.000 gallones de gasolina para avión se regaron en varios pisos y generaron los incendios, temperaturas de hasta 1.000 grados centígrados hundieron los pisos y doblaron algunas columnas, generando en el proceso los sonidos de «explosiones».

Hace una década, hubo quien dijo –y quedó escrito– que aquello era la IV (¡sí, la cuarta!) Guerra Mundial, siendo la Guerra Fría la tercera de la serie.

Lo grave no es la exageración, lo grave fue que esto lo dijo gente que entonces tenía un enorme poder de decisión en, por ejemplo, el Gobierno de EEUU. De ahí los pretextos para, por ejemplo, Irak, Guantánamo y lo que cada cual quiera añadir.

Pero en el otro extremo, todavía hace muy pocos días, un importante intelectual –con mucho predicamento entre amplios sectores del 15-M– afirmaba textualmente que el 11-S “fue un autoatentado del Gobierno de EEUU, necesitado de un nuevo enemigo después de la desaparición de la Unión Soviética”.

El balance es quizás más complejo.

Hoy ya no estamos tan asustados por el terrorismo internacional, entre otras cosas porque han llegado otros miedos a ocupar su lugar: los miedos económicos.

Pero la trampa es la misma. Como desde el crack de 2008 vivimos aterrorizados, aceptamos de nuestros salvadores todo aquello que, de no estar acogotados, no habríamos tragado: recortes y reformas antisociales, dinero público para salvar bancos, mordiscos irreparables al Estado de Bienestar, reformas constitucionales.

Protestamos, sí, pero cabe pensar que nuestra protesta no está a la altura del ataque sufrido, y es por eso. Porque igual que antes veíamos con resignación que nos controlasen las comunicaciones, nos humillasen en los aeropuertos o nos pudiesen detener sin motivo -para protegernos de la amenaza terrorista-, hoy también vemos con fatalismo cómo desmontan los últimos restos de todo aquello que costó décadas levantar.

Vídeo de investigación/ documental sobre el 11S, dirigido por Franco Fracassi y Francesco Trento en 2008.

Los más importantes desajustes del mundo actual (2011) tienen poco o nada que ver con Bin Laden y Al Qaeda, desde el colapso de la burbuja financiera de 2008 a la sostenida voracidad de los “mercados”. Y todo ello, pasando por la especulación mundial sobre las materias primas alimentarias (trigo y arroz, por ejemplo), que anuncia otra catástrofe por venir.

Al Qaeda está embarrancada, pero el mundo no es más seguro por muchas otras razones.

Timelapse de la reconstrucción de la zona 0


UN DESPUÉS

© Iñigo Ortiz de Guzmán

La Constitución y la moral

En el Congreso de los Diputados ya no se habla de establecer la igualdad de hombre y mujer en el acceso a la Corona o de reformar el Senado, sino de la “estabilidad presupuestaria” -que queda fijada por mandato constitucional-.

Se nos dice que la intención es calmar a los mercados, al Banco Central Europeo y al eje franco-alemán con el objetivo de salvar a nuestro país de una intervención.

Cuando, en definitiva, no es más que un corsé permanente al gasto público en España.

La idea es que para 2020 todas las Administraciones -central, autonómica y local- tendrían prohibido por la Constitución gastar más de lo que ingresan.

Lo curioso es que lo que había resultado imposible durante siete años -poner de acuerdo a PSOE y PP en una reforma constitucional- se ventilara el pasado 22 de agosto.

Por sorpresa y en diez minutos (los que tardó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en ofrecerla y Mariano Rajoy, líder del PP, en aceptarla).

La realidad es que la reforma se ha encontrado con la hostilidad de un sector de la opinión.

Se habla de “golpe de Estado financiero”, de “golpe a la democracia”, de “ruptura del consenso constitucional”, etc. Términos que coinciden con el resurgimiento del 15-M después del paréntesis papal.

Guste o no, lo cierto es que la iniciativa por acuerdo del PSOE y el PP es perfectamente legal. Si es o no democrática dependerá del concepto de democracia que se tenga. Pero legal, es.

Nada puede obligar a convocar un referéndum como no sea el voto favorable de 35 diputados o 26 senadores.

Pero bien es cierto también que , aunque el referéndum no sea legalmente obligatorio, lo es moralmente dada la trascendencia de lo que se reforma.

Pero -afirma Ramón Cotarelo, catedrático de Ciencias Políticas- «aquí aparecen discrepancias. Para unos, el tope del déficit es enterrar el Estado del bienestar; para otros, es una garantía del Estado del bienestar. Si no hay acuerdo mayoritario, la obligación moral se debilita.»

Socialistas y populares argumentan que se “requería tal medida a fin de salvar el Estado del bienestar”.

Lo que no deben de saber es que España es el país de la UE-15 que tiene el gasto público social por habitante más bajo.

Por lo que se hace difícil de entender cómo mayores recortes de tal gasto van a corregir el enorme déficit de gasto público social.

Una respuesta a esta contradicción podría ser la aportada por dirigentes conservadores de persuasión neoliberal, como dirigentes del Partido Popular, que han subrayado que el descenso del gasto público (incluyendo el social) estimulará la economía.

Pero como bien han señalado economistas de la talla de Joseph Stiglitz, Paul Krugman o Dean Baker, las políticas de recortes de gasto público (incluyendo gasto público social) en este momento de recesión son contraproducentes. Entienden que reducirían todavía más la demanda de bienes y servicios (estancada como resultado de que la población está enormemente endeudada).

Grecia, Irlanda y Portugal están mostrando que la reducción del gasto público les está abocando a una continua recesión.

Mejor ejemplo de lo que no se debe hacer, imposible.

Con todo, la medida permitirá un déficit tope de un 0,4% del PIB. Un porcentaje excesivamente bajo.

En realidad, en los últimos 20 años, tal como subraya David Lizoain, ni la zona euro, ni la OCDE en su conjunto tuvieron un déficit estructural inferior al 0,4% ni un sólo año.

Alemania lo consiguió sólo un año; EEUU, tres años, y el Reino Unido, cuatro.

El politólogo Vicenç Navarro afirma que es poco probable que las fuerzas que están pactando el déficit del 0,4% favorezcan un incremento sustancial de los impuestos y de su progresividad (los ricos en España tributan sólo el 20% de lo que tributan los ricos en Suecia).

En realidad, durante estos últimos 15 años, ambos partidos han estado reduciendo los impuestos, debilitando su progresividad.

El tipo efectivo del IRPF que abonan las rentas más altas se ha reducido en 18 puntos, la gran empresa tributa un 10% menos por sus beneficios y la banca se ha beneficiado de la enorme tolerancia, cuando no complicidad, de las autoridades públicas hacia el fraude fiscal.

En realidad, lo que estamos viendo ahora es la repetición de lo que ocurrió en el periodo 1993-2008.

La reducción del déficit público -requerido por el criterio de Maastricht-, se consiguió a costa, no de aumentar los impuestos (que en realidad bajaron, sobre todo en las rentas superiores, reduciéndose un 37% para las rentas de más de 300.000 euros), sino de disminuir el gasto público y sobre todo el gasto público social.

En España, los déficits públicos siempre se han reducido a costa de su Estado del bienestar.

Creerse que ahora va a ser diferente es ignorar el temor del Estado español (tanto central, como autonómico) a enfrentarse con aquellos colectivos de mayores ingresos (que obtienen sus ingresos de las rentas del capital) y que no aportan al Estado lo que aportan sus homólogos en la UE-15. Así de claro.

Y lo más tremendo de todo es que, a los mercados, la dichosa reforma constitucional muy probablemente les importa un bledo.

 

Zapatero hizo mal al no consultar al partido, ¿no hace mal el partido al no consultar a los ciudadanos?

Y ¿qué ocurriría si se incumple esa norma constitucional? Pues puede que nada. De hecho, el Pacto de Estabilidad, contenido en el Tratado de la Unión desde 1997, limita al 3% del PIB el déficit máximo de los Estados y ha sido incumplido por la práctica totalidad de los países sin ninguna consecuencia práctica.

Esto es política de Estado, sí señor.

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© Iñigo Ortiz de Guzmán

La falta de pan en África Oriental

SOMALIA SE MUERE DE HAMBRE

«Si no actuamos esta hambruna se extenderá al resto del sur de Somalia en dos meses, y sus efectos se pueden extender al resto de países de la región» (Valerie Amos- subsecretaria general para Asuntos Humanitarios de la ONU)

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ha logrado por fin hoy que se abriera un puente aéreo urgente para enviar alimentos infantiles desde Nairobi a Mogadiscio, y combatir así la hambruna en Somalia.

En total, 10 toneladas de suministros de emergencia preparados para tratar la malnutrición infantil.

Lo cierto -y lo triste- es que la sequía (la peor desde los años 50) que azota a buena parte de África Oriental está causando una intensa angustia en las poblaciones vulnerables, muchas de ellas agobiadas ya por la pobreza y la inseguridad.

Las áreas afectadas son muy amplias: los dos distritos de Somalia que ahora están declarados como zonas de hambruna no son más que casos extremos de un desastre mucho más grande que abarca Somalia, Etiopía, el norte de Kenia y la parte más occidental de Sudán, así como  el distrito de Karamoja del noreste de Uganda.

El campamento de refugiados más grande del mundo, situado en Dadaab, en el norte de Kenia, es un claro ejemplo de las consecuencias de la falta de agua.

La población del campamento -que fue erigido para dar cobijo a 90.000 personas- ha crecido en los últimos meses hasta las 380.000 personas.

Y lo peor es que cada día llegan 1.300 refugiados más.

Las Naciones Unidas, que el pasado miércoles declaró oficial la situación de hambruna en dos regiones de Somalia, no tiene cifras exactas sobre el número de fallecidos. El acceso es prácticamente imposible en amplias zonas del centro y el este del país, especialmente las que están bajo el dominio de la milicia islamista de Al Sahaab.

Pero sí sabe que en el cuerno de África hay 11,5 millones de personas «que necesitan asistencia urgente»: 3.7 millones en Somalia, 4.5 millones en Etiopía, 2.4 millones en Kenia, 150 mil en Yibuti y potencialmente muchas más en Eritrea.

La representante de la ONU insiste que «si no actuamos esta hambruna se extenderá al resto del sur de Somalia en dos meses, y sus efectos se pueden extender al resto de países de la región».

Y aclara:  «No utilizamos con ligereza la palabra hambruna». (La última vez que Naciones Unidas hizo una declaración de este tipo en el caso de Somalia fue hace 19 años)

MUCHO QUE HACER

Lo sorprendente es que los principales signos de advertencia de la desnutrición y la hambruna ya eran visibles en abril de 2008: los factores climáticos, los incrementos del precio del petróleo, la creciente demanda de dietas de carne en las comunidades más ricas y el desvío de tierras para el cultivo de biocombustibles.

Lo que hizo que estos ingredientes fueran más peligrosos fue la forma en que actuaron sinérgicamente.

El ejemplo más claro de esto fue la persistente crisis alimentaria mundial de 1973-1974, cuando, en su momento más álgido, unos 40 millones de personas de 30 países fueron afectadas.

Las reservas mundiales de grano -considerables entonces-, cayeron a cerca de la mitad de las reservas habituales.

Desde entonces ha habido casi cuatro décadas de “desarrollo”.

Pero los resultados han sido dispares: el mundo se ha hecho mucho más rico, aunque el grueso de ese crecimiento solo ha beneficiado a los 1.500 millones de personas más ricas, en una población mundial que la ONU estima que alcanzará los 7.000 millones en octubre de 2011.

Un mundo mucho más rico está más dividido, que contiene casi dos veces más personas desnutridas que a comienzos de los años 70.

Estos hechos, por sí solos, son una crítica contundente de la forma en que ha evolucionado el sistema económico mundial y, en particular, del olvido de la seguridad alimentaria de decenas de millones de pobres y personas vulnerables.

Es para pararse a pensar -por un momento siquiera-, y ver si desde Occidente hemos contribuído a crear un mundo cada vez más presuntoso, y otro mundo cada vez más pauperado.

Creo que no es esto para lo que estamos aquí.

Sino para compartir.

© Iñigo Ortiz de Guzmán

Tres tristes trajes

Va a haber que empezar a tomar en serio a Martiano Rajoy, que comienza a revelarse como un killer a cámara lenta, al estilo de Bruce Lee en esas patadas mortales que duraban diez minutos de película.

Igual que se hizo responsable al gallego de la continuidad de Francisco Camps, es de justicia atribuirle el mérito de su renuncia.

Por cierto, una renuncia tan insospechada que todo el mundo daba por descontado que el señor de la sonrisa sardónica aceptaría la condena por cohecho impropio para mantenerse en la presidencia valenciana.

Su dimisión el día 20 ha sido un verdadero golpe de efecto, ahora que se interpretaba que el pretendido afán del PP por la higiene de la vida pública se reducía a una simple recomendación a sus militantes de ducharse regularmente.

Los únicos que habrán sentido su marcha son esos miles de presos a los que el PP había trasladado el mensaje de que podían aspirar a todo, ya que si aceptar sobornos no impedía dirigir una comunidad autónoma quizás fueran necesarios historiales delictivos más extensos para optar a la presidencia del Gobierno.

Convencer a Camps de que debía hacer mutis no ha tenido que ser sencillo.

Rajoy encomendó el trabajito a Trillo. ¿Que si le habrá ofrecido ser ministro a cambio de lo que el propio Camps definió como un “sacrificio personal” para que “Rajoy llegue a los 46 millones de españoles”? Pues no es descartable.

Es indudable que a Camps le ha podido su locuacidad desatada, su blablablá.

Tantas veces repitió -y con tanta afectación- que era inocente, que todo se aclararía, que estaba a sólo “uno o dos escaloncitos” de que la verdad triunfase, que tanto si reconocía su culpa y pagaba la multa, como si acababa condenado por el tribunal, no podría seguir ni un minuto más en la presidencia.

Porque no sólo sería presuntamente un presidente delincuente y sobornable, sino sobre todo un presidente reiteradamente mentiroso, cansinamente mentiroso, pomposamente mentiroso; preso de sus propias palabras, todas grabadas.

Por la boca ha muerto Camps.

Ahora queda el contra-ataque.

Y es que apenas un minuto después de que Camps dejara el cargo, toda la derecha afinó sus trompetas contra el candidato socialista para pedir con una sola voz su dimisión.

Equiparan la Gürtel con el Faisán y olvidan tres cosas básicas:

1. Que Rubalcaba no está imputado por delito alguno y Camps sí: está a punto de sentarse en un banquillo ante un jurado popular.

2. Que incluso si Rubalcaba fuese imputado mañana, tendría que esperar dos años largos para dimitir, si damos por ejemplar el comportamiento de Camps, que lleva casi 900 días deslizándose por la pendiente judicial.

y 3. Que el único dirigente político procesado en el caso Faisán -Víctor García Hidalgo, exdirector general de la Policía-fue destituido (por Rubalcaba) en el año 2006, mientras que las Cortes Valencianas siguen llenas de imputados del PP. Incluido Camps, que no ha renunciado a su escaño.

MÁS QUE REGALOS

Todo apunta a que los regalos que la trama Gürtel hizo presuntamente a Francisco Camps son sólo la punta del iceberg de una fluída relación entre los empresarios (liderados por Francisco Correa) y la Administración autonómica.

En el mismo periodo en el que Camps fue supuestamente agasajado con trajes, los mismos empresarios que abonaban la cuenta en la tienda de ropa resultaban adjudicatarios de grandes contratos en la Administración que Camps dirigía hasta ahora.

Orange Market -la filial de la trama en Valencia -se hizo con el contrato de montaje del stand del País Valencià en la feria Fitur a lo largo de cinco ediciones, desde 2005 hasta 2009.

Pero hubo más. Dicha filial resultó adjudicataria de contratos en relación a otras ferias, como Feria TVC, Expovacaciones, SITC e Intur. Gracias a los trabajos realizados en estos certámenes, la empresa se embolsó 6.917.380 euros desde 2005 a mayo de 2009. Y todo, según afirma el auto que ha emitido esta semana el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).

Pero es que, además, hicieron caja con la visita papal a Valencia en 2006. Así, la trama corrupta obtuvo casi tres millones de euros en comisiones procedentes de las arcas de la televisión valenciana, gracias a su labor de intermediación entre el ente público y una de sus contratas, Teconsa. El contrato por esta visita sumó los 6,4 millones, por lo que la cifra global que se adjudicó la red ronda los 14 millones.

CONCLUSIÓN JUSTICIABLE

Una banda de mangantes, que tiene como representante en Valencia a un tipo conocido como el Bigotes, recibe casi siete millones de euros del erario de la Generalitat a través de la empresa Orange Market. Los chorizos le regalan trajes, zapatos y otras prendas de vestir al president Francisco Camps y a otros tres altos cargos “para ganarse, mediante el agasajo, el afecto o el favor de las personas así obsequiadas”.

Total, son sólo unos cuantos trajes.

QUÉ PASA EN VALENCIA

Valencia no sólo es la primera comunidad autónoma de la historia cuyo presidente será juzgado ante un jurado popular, acusado de aceptar sobornos.

También es la autonomía más endeudada: debe el 17,2% de su PIB, 17.600 millones de euros.

O la región europea con la entidad financiera que peor nota ha sacado en los test de estrés de la banca, sólo por detrás de Grecia. No es otra que la Caja de Ahorros del Mediterráneo que acaba de ser intervenida por el Banco de España.

A la hora de buscar culpables de la delicada situación de la CAM, conviene recordar que esta caja -que tanto depende del poder político regional- no sólo ha comprado parte de los bonos que emite la comunidad para financiar su deuda, sino que también ha pagado faraónicos proyectos de la Generalitat Valenciana, como la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el ruinoso parque Terra Mítica.

Aunque el mayor agujero de la CAM está en el ladrillo feroz. En 2009, el Parlamento Europeo aprobó una dura resolución, el informe Auken, que describía el urbanismo valenciano como una “forma endémica de corrupción” que ha creado un modelo de desarrollo movido por la avaricia y la conducta especulativa de algunas autoridades locales y miembros del sector de la construcción”.

Cuando la burbuja estalló, las dos cajas valencianas, CAM y Bancaja, pagaron gran parte de los platos rotos en Seseña, en Martinsa Fadesa, en Polaris World o en Astroc. Entre los exdirectivos de Astroc, hay un nombre que resalta rutilante sobre los demás: Estrella Camps, hermana de Francisco Camps.

Una quiebra que nos va a costar a los españoles 2.800 millones de euros del fondo de rescate. Es el doble de lo que se ahorró al congelar las pensiones.

Tres o cuatro trajes, nada más.

© Iñigo Ortiz de Guzmán

Libertad de pensamiento

Al final va a resultar que Democracia Real Ya iba a tener razón…

Al final, los dos partidos mayoritarios en nuestro país se reparten más del 80% de la representación parlamentaria. Y eso no es normal. Lo es si aplicamos la Ley D’Hondt, pero peca de injusta por no ser igualitaria.

Mientras tanto, el Gobierno tiene las horas contadas. La de ayer fue la despedida de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados. Su último Estado de la Nación ante el más que previsible adelanto de las elecciones a octubre/noviembre. ¿Para qué alargar más la agonía a mayo de 2012? ¿Es que quedan más recortes por llevar a cabo? En Cataluña ya han empezado con los sanitarios…

Mientras tanto, el partido de la oposición no adelanta nada en caso de -como dicen todas las encuestas- gane las elecciones; si no por mayoría absoluta, por una gran diferencia respecto a los socialistas. Sólo hemos sabido últimamente que Mariano Rajoy ha mandado a la FAES (presidida por Aznar) una consulta -entiendo que no objetiva que digamos- de si resultaría viable o no el llevar a cabo el copago sanitario.

Es decir, más de lo mismo. Otra triquiñuela más a tantas otras para hacer ver que se dice algo sin querer decir nada. Más y más recortes, y todo porque España ha hecho del ladrillo su máxima. Eso sí, a costa de unos pocos, y en algunos casos de manera corruptela para llenarse los bolsillos.

Allá cada uno con su conciencia.

Lo preocupante es que, mientras tanto, el otro partido nacional importante -aunque minoritario- se enzarza en Extremadura en una lucha interna (tan característica de esta nuestra izquierda nuestra) para perpetuar o perpetuarse con alguna Consejería el poder de otros y el suyo propio. Nadie les dice que no tienen derecho a hacerlo (como lo hace su hermana Ezker Batua en Euskadi), pero los votantes de IU extremeños no creo que salten de alegría al ver que el PP se hará con la presidencia en esa comunidad porque el PSOE parece haberle ninguneado durante tantos años.

Mientras tanto, estamos en lo mismo. Con casi 5 millones de parados.

Mientras tanto, la corrupción -y sus imputados- acampan a sus anchas. Los ciudadanos no tenemos acceso a los gastos de los cargos públicos, ni incluso conocemos qué hace la Corona con dinero público.

Mientras tanto, las empresas se aprovechan de los impuestos nacionales para formalizar EREs sin que les cueste un euro.

¿Cómo se siguen permitiendo los paraísos fiscales?, me pregunto.

Lo dice el que tiene una mente inquieta, inteligente, que se ha caracterizado por prever los movimientos cíclicos en política y económica. Ese es el escritor y economista, José Luis Sampedro. Ese también humanista quien cree que el mundo está en la era del desconcierto y que va hacia otro modelo. Con una única salida: la de la educación y el pensamiento.

Para quien algo se está moviendo desde el 15M, por el descontento, el desencanto.

Hace 22 años las cajas de ahorros no podían abrir sucursales fuera de su región.

Hace 21, a las entidades financieras españolas se les permitió retener solo dos de cada cien euros de los depósitos de sus clientes y prestar el resto.

Hace 18 años se abrieron las fronteras de la Unión Europea para que el dinero circulase libremente.

Hace 15, el Gobierno de Aznar empezó atransformar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas(IRPF) en un sistema menos progresivo, con menos tramos y tipos más bajos.

Hace 13, desaparecía el Banco Exterior, como el resto de los bancos públicos, al ser convertido en Argentaria, hoy reducida a la A de BBVA.

Hace 12, cuando Europa aún no tenía moneda común, EEUU revocaba la Ley Glass-Steagall, permitiendo utilizar de nuevo los depósitos de los clientes para inversiones de riesgo.

Y llegó la crisis.

Hace dos años, despedir era más complicado y caro en España. Hace un año, la edad de jubilación estaba fijada en los 65 años.

De los indignados se ha dicho que son sediciosos, que son agresivos, que son pulgosos y lujuriosos, que son ilegales, que sonperroflautas, que son violentos, que son delincuentes, que son unos golpistas como Tejero, que son totalitarios, que sonantisistema, que tienen entrenamiento en kale borroka de ETA, que son una guerrilla urbana, que son cuatro gatos malcontados, que son niñatos enrabietados, que son batasunos, que son cachorros de Rubalcaba, que son ratas, que soninsalubres, que son delirantes…

Cuesta encontrar un colectivo más insultado en menos tiempo.

Cuando el Movimiento 15-M solicita, ante todo, reformas políticas, lo que está mandando es un mensaje más o menos articulado de denuncia ante la ineficacia del Estado.

Hay que reforzar el Estado, nos están diciendo -y sus instituciones-, para que pueda cumplir su promesa de que protegerá a los ciudadanos. Y reforzar al Estado pasa necesariamente por ponerlo a punto desde una perspectiva política. Fundamentalmente, porque si un Estado no es suficientemente representativo, transparente y abierto, jamás podrá ser eficaz. Y si no es eficaz, carecerá de la necesaria legitimación social.

Para Antonio Estella (catedrático en la Universidad Carlos III de Madrid) la manera de volver a crear una alianza entre la gente y el Estado, sus instituciones y los políticos, es tomando en serio las reivindicaciones de aquellos que piden que se acometa una segunda transición política en nuestro país. Sin ella no se contará con el respaldo de la gente. Y sin el respaldo de la gente, el Estado -nuestro Estado y todos los demás-, jamás tendrán el empuje necesario como para poner en orden nuestra maltrecha economía.

Con todo, la perspectiva política es clara: Mariano Rajoy ganará las próximas elecciones con una mayoría holgada. Lo que sí ha hecho es perder otra oportunidad para explicar lo más básico: qué hará cuando gobierne.

El programa económico del PP se resume en tres puntos. El primero: váyase, señor Zapatero. El segundo, redundante con el anterior: España necesita un nuevo Gobierno que transmita “confianza” a los mercados. El tercero: hacen falta “reformas de verdad”. ¿Cuáles?

Zapatero ha intentado reconstruir su discurso enlazando tres puntos difíciles de anudar. Uno: sus promesas de que la crisis no la pagarían los más débiles. Dos: el 20% de personas en paro. Y tres: ese recorte social de hace un año, tan difícil de tragar. Tuvo un guiño con las protestas del 15-M al anunciar esa nueva protección para las familias que no pueden pagar su hipoteca. Pero llega demasiado tarde.

«Entre los economistas hay dos tipos: los que se dedican a hacer más ricos a los ricos y los que pretendemos hacer menos pobres a los pobres» (José Luis Sampedro)

«Si me muriera mañana, creo que lo dejaría todo en regla. Tendría la sensación de haber venido a la Tierra para hacer algo valioso» (Jean-Pierre Barou, autor de ¡Indignaos!

Los indignados no son grandes gracias a la prensa sino a pesar de cierta prensa.

+ info de ¡Indignaos! (lectura completa)

+ info en Adiós, Mr. Zapatero

© Iñigo Ortiz de Guzmán

Pases fronterizos

Hace pocos días me topé con un extraordinario escrito sobre la más que actual -y posiblemente cada vez más común- limitación de las fronteras en este llamado mundo global.

El artículo de opinión la escribió el pasado 3 de junio, Daniel Innerarity (catedrático de Filosofía Política y Social, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática).

Las ilustraciones, soportes audiovisuales y fotografías no corresponden a la entrada original.

Un mundo amurallado

La actual proliferación de barreras para impedir el tránsito de personas ilustra un retroceso en el sueño de un ‘mundo global’. Se desnacionaliza la vida económica y a la par se renacionaliza la vida política

Por Daniel Innerarity

La actual pretensión danesa de controlar las fronteras con Alemania y Suecia viene tras los cierres de Francia e Italia, pero resulta aún más inquietante si lo ponemos en relación con una tendencia en el mundo actual a cerrar, impedir el paso y controlar, que responde a la demanda creciente de protección. Desde que en 1989 cae el muro de Berlín, la construcción de nuevos muros se ha multiplicado, como si se tratara de una carrera frenética por hacer frente a una nueva desprotección: entre México y Estados Unidos, en Cisjordania, entre India y Pakistán, entre Irak y Arabia Saudí, entre África del Sur y Zimbabue, entre España y Marruecos (rodeando las ciudades de Ceuta y Melilla), entre Tailandia y Malasia…

¿En qué consisten estos muros?

¿Cuál es su utilidad o el propósito con que se levantan?

Estas barreras no están pensadas para impedir el ataque de ejércitos enemigos, sino para impedir el tránsito de personas; quieren hacer frente a fuerzas persistentes y desorganizadas más que a estrategias militares o económicas; son más post-, sub- y transnacionales que internacionales; son una respuesta a los flujos desconectados de las soberanías estatales. Los muros actuales no responden a la lógica de la guerra fría sino que son muros de protección; indican la desconfianza frente al otro, el extranjero, y dicen mucho acerca de las ambigüedades de la globalización. Se dirigen contra el movimiento de bienes y personas que muchas veces no tienen su causa en una invasión exterior sino en la demanda interna: mano de obra, drogas, prostitución…

Un muro no es tanto una cosa material como algo mental que traza una línea de separación entre un «adentro» que se siente amenazado y un «afuera» amenazante, considerado como enemigo, estereotipado, ubicuo y en ocasiones fantasmal. Los muros funcionan como un icono tranquilizador en la medida en que restablecen una distinción nítida entre el interior y el exterior, entre el amigo y el enemigo, que se hace coincidir frecuentemente con las fronteras nacionales. Todos los procesos de guetización participan de esa misma lógica al segmentar la ciudad de una manera invisible, arruinando así su vocación de aproximar a sus habitantes. Las barreras recuperan una modalidad de poder soberano, material y delimitado en un entorno, para algunos inquietante, en el que el poder se presenta como una realidad difusa y débil. Los muros son una respuesta psicosociológica al desdibujamiento de la distinción entre el interior y el exterior, al que acompañan otras distinciones que se han vuelto problemáticas, como la diferencia entre ejército y policía, los criminales y los enemigos, la guerra y el terrorismo, derecho y no-derecho, lo público y lo privado, el interés propio y el interés general.

La construcción de muros no solamente ilustra un retroceso en el sueño de un «mundo global», sino que testimonia unas tendencias subterráneas de la globalización que alimentan el retorno de ciertas formas de «neofeudalización» del mundo. Un mundo en el que son asombrosamente compatibles la integración de la economía global y el aislamiento psicopolítico. Cabría incluso afirmar que la defensa de esta compatibilidad se ha convertido en un objetivo ideológico en esa síntesis de neoliberalismo político y nacionalismo estatal de cierta nueva derecha cuyo proyecto ha sintetizado Saskia Sassen en el doble objetivo de «desnacionalización de la vida económica y renacionalización de la vida política». No vivimos en un mundo ilimitado, sino en la tensión entre una geografía de los mercados abiertos que tiende a abolir las fronteras y una territorialidad de la seguridad nacional que tiende a construirlas. No hay coherencia entre la práctica geoeconómica y la práctica geopolítica que equilibre las diferentes agendas del comercio y de la seguridad.

Sabíamos desde Maquiavelo que las fortalezas suelen ser más perjudiciales que útiles. Los muros proyectan una imagen de jurisdicción y espacio asegurado, una presencia física espectacular que se contradice con los hechos: por lo general no contribuyen a solucionar los conflictos e impiden muy escasamente la circulación. Complican el objetivo, obligan a modificar el itinerario, pero en tanto que prohibiciones de paso suelen ser poco eficaces.

El ejemplo más elocuente de ello lo encontramos en el control de la emigración, que aumenta o disminuye por factores que no están vinculados a la rigidez o porosidad de las fronteras. Hay emigración porque hay un diferencial de oportunidades o, si se prefiere, porque las desigualdades son actualmente percibidas en un contexto global. Cuando se piensa que el establecimiento de barreras es la solución para el incremento del número de los emigrantes y refugiados es porque se ha considerado previamente que la causa de esos desplazamientos era la flexibilidad de las fronteras, lo que es radicalmente falso.

Si no cumplen esa función que se les asigna, entonces ¿para qué sirven esas fronteras que adoptan la forma de muros? Dada su falta de eficacia, lo que hay que preguntarse es cuáles son las necesidades psicológicas que su construcción satisface. Y la respuesta está en la necesidad de limitación y protección de quienes se perciben a sí mismas -muchas veces contra toda evidencia- como «sociedades asediadas» (Bauman). En lo que hace referencia a los muros está claro que aluden inmediatamente a la defensa contra unos asaltantes venidos de un «afuera» caótico, pero sirven como instrumentos de identificación y cohesión, responden al miedo frente a la pérdida de soberanía y a la desaparición de las culturas homogéneas. De esta manera se construye una siniestra equivalencia entre alteridad y hostilidad, lo que es además un error de percepción (la mayor parte de los atentados que se han cometido en EE UU han provenido de terroristas del interior). Y se asienta el prejuicio de que la democracia no puede existir más que en un espacio cerrado y homogéneo.

Así pues, se trata de remedios físicos para problemas psíquicos, de una teatralización con efectos más visuales que reales. Un muro aparenta ofrecer seguridad en un mundo en el que la capacidad de protección del Estado ha disminuido, en el que los sujetos son más vulnerables a las vicisitudes económicas globales y a la violencia transnacional. Todo lo que acompaña a la escenografía rotunda de los muros no son sino gestos políticos destinados a contentar a cierto electorado, a suprimir la imagen de un caos políticamente embarazoso y sustituirla por la de un orden reconfortante. Aunque es imposible muchas veces cerrar completamente las fronteras, es peor dar la impresión de que no se hace nada. Construir una barrera es la mejor manera de no hacer nada dando la impresión de que se hace algo; de este modo se despliega una seductora salva política dirigida contra un conjunto de problemas especialmente complejos, a los que es imposible aportar una solución de corto plazo.

Los muros serían inicuos si se limitaran a dejar sin resolver los problemas que de manera tan simplista pretenden delimitar. Pero no es ese el caso: los muros generan zonas de no-derecho y conflictividad, agravan muchos de los problemas que tratan de resolver, exacerban las hostilidades mutuas, proyectan hacia el exterior los fracasos internos y excluyen toda confrontación con las desigualdades globales. Además, cuando se acentúa ostentativamente la seguridad se provoca al mismo tiempo un sentimiento de inseguridad. Son demasiados daños laterales como para que compensara la débil protección que pueden proporcionar.

Frente a la nostalgia por el orden perdido que clama por límites crispados y barreras de exclusión, la reivindicación de una frontera que comunique, demarque, equilibre y limite puede ser una estrategia razonable para transformar esos espacios de choque, cierre y soberanía en zonas porosas de contacto y comunicación. La alternativa, en cualquier caso, no es entre la frontera y su ausencia, sino entre las fronteras rígidas que siguen colonizando buena parte de nuestro imaginario político y una frontera red que permitiría pensar el mundo contemporáneo como una multiplicidad de espacios que se diferencian y entrecruzan, creando así unos puntos fronterizos que son también puntos de paso y comunicación.

+ info en Schengen: tú SÍ, tú NO

© Iñigo Ortiz de Guzmán

El pepino nacional

Ahora resulta que los alemanes éramos nosotros.

En la crisis desatada por los pepinos «criminales» los españoles hemos hecho de alemanes y los alemanes han hecho de españoles.

Aunque sólo sea por una vez, la crisis ha dinamitado los estereotipos nacionales. El modo improvisado, chapucero y temerario con que las autoridades de Alemania han gestionado la crisis parece, de hecho, mucho más propio de nuestras autoridades que de las suyas.

A la senadora de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storks, ni siquiera se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de dimitir, pese a haber acusado públicamente en falso a los pepinos andaluces de ser los causantes de la muerte de -hasta ahora- casi una veintena de personas.

En realidad, se ha limitado a hacer lo que haría cualquier político español de raza: poner cara de incredulidad y sorpresa cuando se le pide que considere la opción de dejar el cargo.

En vez de imitar la severa ejemplaridad con que los políticos alemanes acostumbran a purgar sus pecados, Prüfer-Storks se ha limitado a escurrir el bulto y a eludir la abrumadora responsabilidad de haber causado pérdidas millonarias a miles de familias.

Después de no sabemos cuántas pruebas, al final nuestros pepinos se ve que son tan fiables como un buen motor alemán, y por supuesto inocentes de los crímenes que con tanta ligereza les habían atribuido.

Pero, ¿quién pagará por la crisis?

A pesar de la rectificación de la Administración alemana -que constituye un alivio para los agricultores españoles-, sin embargo el daño provocado por la acusación precipitada de la ministra alemana ya está hecho.

Los horticultores han perdido una gran cantidad de dinero (200 millones de euros semanales, según ellos), y la sombra de la sospecha sobre sus productos probablemente tarde semanas, o meses, en disiparse.

Por eso hace bien la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Rosa Aguilar, en anunciar que el Gobierno exigirá indemnizaciones a la Unión Europea para paliar los daños ocasionados.

Una actitud que contrasta con la de la dirigente del PP Soraya Sáenz de Santamaría, que no desaprovechó la oportunidad para sacar rédito político al drama de los agricultores atacando al Ejecutivo por su supuesta “debilidad”.

Si alguna debilidad pone de manifiesto la crisis de los pepinos, es la de la UE en la gestión de situaciones como esta, para evitar que unas afirmaciones infundadas puedan provocar perjuicios enormes a todo un sector económico de un Estado miembro.

Una unión económica, además de la libre circulación de mercancías y capitales, exige también el establecimiento de antídotos que eviten la ‘contaminación’ de unas afirmaciones irresponsables.

¿QUÉ ES LA E.COLI?

E. coli es la abreviación de Escherichia coli, un tipo de bacteria que está presente en el intestino de los seres humanos y otros animales.

La mayoría de las cepas son inofensivas, pero algunas son capaces de producir toxinas que causan síntomas como cólicos severos y diarrea.

CREENCIA SOBRE ESTE BROTE

La Organización Mundial de la Salud asegura que la variante «nunca había sido vista en una situación de brote anterior».

Las bacterias son capaces de intercambiar genes entre diferentes cepas y especies, lo que podría explicar el nacimiento de esta nueva forma de E. coli.

Expertos creen que esta variante posee una combinación mortal: produce una toxina que daña los riñones y además se adhiere muy bien al intestino, permitiendo que más bacterias crezcan.

EFECTOS SOBRE LA SALUD

El brote está causando infecciones graves y, en algunos casos, está afectando la sangre y los riñones.

Una complicación inusual de algunos tipos de E. coli, el síndrome urémico hemolítico (HUS, por sus siglas en inglés), también ha sido detectado en cientos de casos actuales de personas entre los 16 y 60 años.

«Es extremadamente raro que personas de estas edades presenten SUH,» dice la Agencia de Protección de la Salud.

Sus síntomas incluyen diarrea hemorrágica y fiebre. En casos severos, puede causar crisis epilépticas. El HUS puede ser fatal porque puede ocasionar problemas renales crónicos en los adultos.

Los síntomas pueden tardar hasta ocho días en aparecer.

OTRAS CRISIS ALIMENTARIAS

Cuenta la Biblia que Dios envió a los egipcios diez plagas para que dejara salir a los hebreos rumbo a la tierra prometida. Dicen los historiadores y científicos que, aparte del relato de la Biblia, estas plagas se produjeron por diversas causas naturales entre los años 1279 y 1213 antes de Cristo.

Algunas de esas plagas, como la de las langostas que devoraban el grano, causaron las primeras crisis alimentarias de la historia.

Desde esas primeras crisis hasta la del pepino actual son muchas las que se han sucedido.

En España, la crisis más grave que se ha producido en las últimas décadas fue la derivada del consumo de aceite de colza.

El primer caso de un afectado, un niño madrileño de ocho años, salió a la luz en 1981.

En total 4.537 personas fallecieron y más de 20.000 resultaron afectadas, muchas de las cuales sufren todavía importantes secuelas, como problemas crónicos, hipertensión, lesiones neurológicas y daños en el hígado, así como problemas digestivos.

La causa de la intoxicación estaba en un aceite comprado en Francia, que se desnaturalizó con anilina para importarlo a España. Se vendió de manera fraudulenta como sustituto del aceite de oliva apto para el consumo humano, aunque era para uso industrial.

El aceite de oliva volvió a ver salpicado por el escándalo en 2001, cuando se encontraron altos niveles (de hasta 400 veces superiores a los tolerables) de benzopirenos, potencialmente cancerígenos, en el aceite de orujo español, un refinado más barato que el aceite de oliva virgen.

Pero, sin duda, la crisis de las vacas locas ha sido la más relevante a nivel mundial en los últimos años.

El primer caso surgió en 1996, cuando los científicos tuvieron las primeras evidencias de que la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) podía transmitirse a las personas al comer carne contaminada con priones.

Este consumo producía una enfermedad irremediablemente mortal, una patología neurodegenerativa de graves consecuencias.

Surgió por un inadecuado control en las materias primas con las que se hacían los piensos animales.

Y ahí es donde se demostró que Europa no lo estaba haciendo bien en el ámbito de la seguridad alimentaria. De esa manera, se decidió homogeneizar los controles en el continente.

Pero lo errores se repiten una y otra vez, tal y como se ha demostrado con la acusación a España por parte de Alemania.

Y erre que erre.

© Iñigo Ortiz de Guzmán

+ info en Gripe A, un año después

Reflexión tras el 22M

Arrollado, noqueado, son algunos calificativos que se oyen.

Es José Luis Rodríguez Zapatero.

El gran perdedor de las elecciones regionales y municipales del 22 de mayo.

Tal resultado -la pérdida de 2 millones de votos- se interpreta claramente como un castigo a la pobre gestión de la crisis económica hecha por Zapatero y su gobierno y lo que muchos perciben como falta de respuestas al drama de 4,9 millones de desempleados; recuerdo, el índice más alto de la Unión Europea.

El mensaje de las municipales para el PSOE está más que claro.

Las siguientes elecciones generales se pueden parecer mucho a las de 1982, salvo por una diferencia nada sutil. Que esta vez Felipe se llamará Rajoy, y es del PP.

Hay que remontarse 30 años para encontrar algún otro momento de la democracia con una concentración de poder equiparable al que puede que esté por venir.

Ni Zapatero ni Aznar alcanzaron jamás una supremacía como la que hoy roza el PP.

No es por méritos de Rajoy, que ya le ven. Es por la enorme distancia que hoy separa al PSOE de su electorado natural.

Zapatero insiste en culpar a la crisis y evita cualquier autocrítica. Se equivoca.

No ha sido sólo la crisis, sino cómo se gestionó.

Todos los países europeos han afrontado recortes durísimos en los presupuestos, pero no todos han repartido la factura igual. Hasta Merkel, en Alemania, puso un impuesto extra a las eléctricas. Hasta Cameron, en Reino Unido, ha subido los impuestos a las petroleras del Mar del Norte.

Zapatero, mientras tanto, adoptó todo el paquete liberal y -como gran gesto de izquierdas en un país dónde las grandes empresas han cerrado el 2010 con beneficios récords- se conformó con coquetear con un impuesto para los más ricos del que se habló mucho un verano, pero que nunca llegó.

Se equivocan también en el PSOE quienes creen que la solución a esta debacle pasa por evitar el debate interno y descafeinar las primarias. Sería un gran error. Sería dantesco que la dedocracia fuese la respuesta socialista a las peticiones de más democracia que aún siguen en las plazas.

El divorcio entre el PSOE y sus votantes es tan grande que su única salida es una refundación: un nuevo rumbo, no sólo una nueva cara.

Al menos así lo cree el líder del socialismo vasco.

Patxi López estima imprescindible abrir un amplísimo debate de ideas.

Claro está, en un congreso -además de hablar de proyecto político- se elige al secretario general y a su ejecutiva.

Por tanto, López con su propuesta se lleva por delante a Zapatero. Porque -como bien observó el martes el líder socialista andaluz José Antonio Griñán- si al final triunfa la propuesta de un congreso, frente al criterio de Zapatero, se provocaría de manera indirecta un anticipo de las elecciones.

Una posibilidad que cada vez parece menos descabellada.

Al otro lado del teléfono Zapatero busca el máximo apoyo de los barones para acabar la legislatura.

Y, mientras tanto, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón guardan silencio.

Todo un ‘Enredo‘, como en los mejores tiempos.

© Iñigo Ortiz de Guzmán